¿Qué es lo que realmente importa en el momento de casarse?

Los gastos pueden llegar a millones, pero el elemento principal puede ser adquirido de manera gratuita

Vestido de novia, decoración de la iglesia, fotos y grabaciones, ramo, bufet, padrinos, damas de honor, pajecitos… La lista de los preparativos para la boda es grande. La preocupación por tener un día perfecto forma parte de quien está a punto de decirle “sí” a quien eligió para vivir con él/ella el resto de sus días.

Con cada nuevo elemento agregado a la lista, es otro gasto. En México, un vestido de novia, en promedio, cuesta entre 10 mil y 150 mil pesos. La renta del salón para los invitados puede costar de 6 mil a 120 mil pesos, solo la renta.

El banquete y la decoración tampoco son económicos. El precio del buffet puede ser aproximadamente de 22 mil pesos para 100 personas. Y la decoración varía entre 20 mil y 89 mil pesos.

Cuando se suman los números, dependiendo de las cotizaciones, pueden generar matrimonios carísimos e incluso millonarios. Muchos famosos, por ejemplo, no dudan en gastar millones para oír el tan soñado “Yo los declaro marido y mujer”.

Matrimonios millonarios

En febrero de 2018, el comediante y youtuber brasileño, Whindersson Nunes intercambió votos con la cantante pop Luisa Sonza. La ceremonia, realizada en São Miguel dos Milagres, Alagoas, tuvo una decoración de casi 2 millones de pesos (solo con flores) que, agregando otros gastos, casi llega a 5 millones de pesos.

De manera semejante, famosos reconocidos a nivel mundial gastaron millones. En 2014, por ejemplo, Kim Kardashian y Kanye West gastaron 12 millones de dólares. Anteriormente, la misma Kardashian se había casado en 2011 con Kris Humphries, el total de la boda fue de 10 millones de dólares, pero se separaron a los 72 días.

En mayo de 2018, los cantantes brasileños Lexa y Mc Guimê gastaron casi 5 millones de pesos en su matrimonio. La fiesta de la pareja contó con lugar personalizado de esmaltes, estudio de tatuaje exclusivo y dulces bañados de oro.

No obstante, no solo los famosos gastan mucho dinero en su boda. No es difícil encontrar personas comunes que venden su casa, coches y otros bienes para sufragar los gastos.

No es novedad para nadie que la industria del matrimonio obtenga muchas ganancias, al final, todos los gastos que los novios no miden, ayudan a elevar los ingresos del mercado de la boda.

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Lo que realmente importa

Pese a ello, ante tantos detalles, muchas parejas terminan sin darle la debida atención a lo que realmente importa en ese momento, es decir, la bendición de Dios. Esto sucede incluso entre cristianos.

Con el deseo de tener un día magnífico —no significa que eso esté mal—, muchos olvidan esa bendición de Dios en el Altar.

Rápidamente, cambian el Altar de una iglesia por una casa de campo, una playa o incluso un restaurante. Le dan más valor a los dulces y a los mínimos detalles y, muchas veces, olvidan el Altar.

No obstante, es el Altar —simbolizando al propio Dios— el que ayudará a los novios a lidiar con la vida de pareja. Es en el Altar donde ellos dejan de ser dos para convertirse en uno y, lo más importante: con la bendición de Dios, se vuelven aptos para seguir una vida juntos.

Cuando estuvo en la tierra, el Señor Jesús enseñó sobre el matrimonio:

“… y los dos serán una sola carne; así que no son ya más dos, sino uno. Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (Marcos 10:8-9).

Esa unión se hace en el matrimonio, sobre todo, en el Altar. “La Biblia dice que Dios es testimonio del hombre y de la mujer cuando ellos intercambian las alianzas de matrimonio. Cuando la pareja simplemente decide vivir juntos, no hay ningún testigo”, aclara Renato Cardoso, coautor del libro Matrimonio Blindado.

Su esposa, Cristiane Cardoso, también coautora del mismo libro, destaca que el matrimonio en el Altar hace toda la diferencia en la relación. “Para muchos, la boda en la iglesia es una bobada, pero hace toda la diferencia en el matrimonio, pues su valor es espiritual”, alerta Cristiane. “Con la bendición del Altar, usted sabrá lidiar con los problemas que surgirán en el matrimonio, también de manera espiritual”, agregó.

Entienda que demonizar la boda no es el camino. No obstante, es importante que los novios tengan esa conciencia: el matrimonio no necesita ser pospuesto por no tener condiciones económicas para pagar una fiesta.

Lo principal —y más importante— es que la bendición de Dios no exige dinero. Esta es gratuita y está disponible para los que desean tener una relación duradera bajo la voluntad de Dios.

“Hablando fríamente, para casarse, ustedes no necesitan mucho más que pagar lo del registro civil y recibir la bendición en el Altar. Lo que puedan hacer además de eso es un bono. Lo realmente importante es cómo vivirán después de la ceremonia. ¿Para qué tener un evento de un día y pasar años pagando la deuda?”, comentó Renato Cardoso.