«Podía sentir a un demonio abusando de mí» 

¿Un abuso puede abrir una puerta de entrada para los espíritus malignos? Desde la propia experiencia de Karla Velázquez sí es posible. 

«Las burlas hacia mi físico y el trauma de sufrir un abuso sexual fueron el origen de mi sufrimiento. Veía sombras, no podía dormir y tenía muchas pesadillas. Cuando se me subía el muerto, mi cuerpo se paralizaba por largo tiempo, empezaba a gritar hasta que lograba despertar a mi mamá. Pero lo más aterrador era que podía sentir a un demonio abusando de mi cuerpo. También escuchaba voces que me decían que me matara. Les conté a mis padres, pero consideraron que estaba loca. Nadie me escuchaba ni me entendía», describió. 

Sin embargo, lo más sorprendente fue que, aún lejos de casa, el ente maligno la atormentaba: «Llegaba a la escuela con sueño y mucho miedo, intentaba dormir en el receso, pero los espíritus me seguían en todo momento. Incluso, los maestros se daban cuenta de que algo estaba mal en mí y trataron de ayudarme, pero ni ellos ni yo comprendíamos que en realidad mi problema era espiritual».  

Y eso es lo que los espíritus inmundos anhelan: el sufrimiento de las personas. De acuerdo con el obispo Edir Macedo, «hay espíritus que se alojan en la mente y hacen que las personas no tengan tranquilidad. Estos entes hacen que ellas solo piensen lo peor. Actúan creando fantasías macabras y procuran alimentarlas con el pavor». Solo que no termina ahí… Al apoderarse de una vida, los espíritus malignos intentan de todo para acabar con ella. 

Entonces, ¿cómo luchar en contra de algo así? 

El obispo enseña que por medio de la fe y con el uso de la autoridad del Nombre de Dios los espíritus malignos son obligados a salir de una vida (lee Hechos 16:18). 

Karla entendió esto cuando empezó a acudir a las reuniones de liberación espiritual que se llevan a cabo en todas las Universal: «Mi mamá me llevó porque sabía que quería quitarme la vida y ella ya no aguantaba verme sufrir. No fue nada fácil porque entraron muchos pensamientos de desistir. Aunque noté que podía dormir, en algunas noches el mal intentaba volver a atacar. Pero puse en práctica mi fe y reprendía a los espíritus en ese momento». 

Solo que aún faltaba algo. Ella tenía que obedecer la Palabra de Dios perdonando y dejando de echarles la culpa a los demás de sus males: «Perdoné a mis padres y también le entregué a Dios mis sentimientos, mis traumas, mi pasado y mi presente. El cambio fue impresionante, mis papás se dieron cuenta de que yo empezaba a dormir, mi cara dejó de ser triste y comencé a estar feliz». 

El Espíritu de Dios empezó a actuar en su vida y a protegerla de todo el mal. La Karla del pasado quedó atrás para darle paso a alguien diferente: «Hoy vivo libre de ese mal, el Señor hizo de mí una mujer fuerte y segura. Y eso puede pasar con quienes atraviesan por algo similar a lo que sufrí. El Espíritu Santo es poderoso y puede ayudarte siempre y cuando le des la oportunidad de entrar a tu vida. Créelo, Sus planes son más grandes que los nuestros», concluyó.

Viernes de Liberación Espiritual

¿Tu situación es semejante? Entonces, te esperamos este viernes 8 de marzo en la reunión de liberación espiritual. Te esperamos, especialmente a las 7 p. m., en el Templo de los Milagros, ubicado en Avenida Revolución núm. 253, col. Tacubaya, en la Ciudad de México. Pero si te encuentras al interior de la República puedes consultar en este enlace la dirección de la Universal más cercana a tu hogar.

No olvides llevar a esta reunión una rosa roja para que sea consagrada con el aceite del monte Sinaí y, poniendo tu fe en acción, tú y tu familia pueden ser libres de todo mal.

¡Participa en este encuentro!