No lo olvidemos
Tenemos al Santo de los Santos a nuestra espera todos los días. Podemos dirigirnos al Padre por el nuevo y vivo camino que el Señor Jesús abrió con Su propio cuerpo rasgado en la cruz. ¡Qué privilegio! ¿Ya entró en él hoy?
¡Ah! Entre con osadía, pues la invitación fue hecha para ser cumplida con intrepidez. ¿Está bien?
«Entonces, hermanos, puesto que tenemos confianza para entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Jesús, por un camino nuevo y vivo que Él inauguró para nosotros por medio del velo, es decir, su carne» (Hebreos 10:19-20).
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