No escondas tu problema, ¡enfréntalo!
Jesús no es religión, Él es vida. Por eso, es que en el momento que le entregas la tuya de verdad, decides seguir y obedecer Su Palabra, encontrarás la libertad total por la fe. Pero ¿libertad de qué?
Hay cargas y preocupaciones que nos acompañan todos los días, pero estas no siempre son externas. La familia, el trabajo, tu economía y salud son factores externos de los que puedes hablar abiertamente. Sin embargo, hay cosas que pocos se atreven a decir: miedos, inseguridades, tormentos nocturnos, un trauma, abuso sexual, depresión, sentir un vacío, deseos de suicidio…
Pero, el poder de la fe trae vida y, de acuerdo con la Palabra de Dios, libera: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28).
Por tal motivo, todos los viernes se hace el trabajo fuerte de la nueva etapa de la liberación espiritual, combatiendo al mal cara a cara. No escondas tu problema, ¡enfréntalo!
El momento es ahora.
La entrada es libre, te esperamos.
Entraron con dolores, pero salieron sin ellos
María Dolores
“Hace años tuve una hernia que me operaron en el ombligo. Aunque me hicieron cirugía, el problema no se quitó del todo. Tiene como un mes que volví a sentir el dolor. Sin embargo, no desistí y seguí luchando en el propósito de oración y ahora, por mi fe, ya no me duele nada”.
Viviana Velázquez
“Mi madre me invitó a la reunión y vine a la fuerza porque soy muy escéptica de esto; creo en Jesús, pero casi no vengo a la Universal. Siempre he padecido de los riñones, incluso me han internado en el hospital. Pero hoy, especialmente, el dolor era mucho. Cuando pasaron el Manto, cerré los ojos y lo toqué con fe, ¡el dolor se me quitó!”.
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