«Me iba de casa por varios días por mi alcoholismo»

«Desde los 16 años, empecé a tomar solo por convivir con mis amigos. Solo que, con el tiempo, me involucré cada vez más con el alcohol al punto de convertirse en una adicción para mí. Tiempo después, la ilusión de formar una familia me llevó a casarme, pero en lugar de que eso fomentara un bien en mí, llevó a que me hundiera más. Hubo veces que no llegué a casa por varios días…

Las veces que llegaba a mi casa, como era de esperarse, había pleitos porque mi mujer tenía mucho coraje en mi contra, pues dejé de preocuparme por ella y por mis hijas, no me importaba si tenían dinero o no para comer. Incluso, decaímos económicamente, teníamos que pedirles 20 pesos a los vecinos para comprar algunos huevos y tortillas para alimentarnos dos días.

Cuando llegamos al Templo de los Milagros, conocimos verdaderamente a Dios. Él, como respuesta a nuestra fe, cambió nuestra vida. Primero, porque, con perseverancia, me ayudó a dejar el alcohol, y eso repercutió para bien en la relación con mi esposa a quien ahora amo y respeto. Mi familia es feliz. Y, poco a poco, logramos estabilidad económica, pues ahora no nos falta nada.» -José Araujo