¿Las adicciones pueden afectar generaciones?

En el 60 % de los casos de adictos hay antecedentes familiares

Si en una familia el papá es alcohólico, la mamá es adicta a la mariguana o la abuela fuma, es probable que quienes crezcan en ese hogar desarrollen alguna adicción. Así como algunas enfermedades son heredadas, hay conductas que también se transmiten por generaciones.

Desde hace tiempo, se sabe que hay factores genéticos que pueden hacer que una persona sea más propensa a caer en una adicción, esto se ha comprobado gracias a diversos estudios realizados por universidades prestigiosas alrededor del mundo.

Incluso, se han manejado estadísticas que indican que un 60 % de los adictos, tuvieron esa influencia en el hogar y en el ambiente en el que crecieron. No obstante, hay investigaciones que afirman que esta tendencia puede tomar otro rumbo, dependiendo de los hábitos de vida que elijan.

¿Tú decides el camino?

Los antecedentes familiares, siempre serán un factor determinante para las decisiones de los individuos; mientras que para algunos las adicciones se vuelven algo “normal”, otros terminan aborreciendo esas sustancias por los problemas familiares que desencadenan, además de los diversos trastornos psicológicos y emocionales que acarrean.

«Aunque hay adicciones que están conectadas genéticamente e incluso haya un historial familiar, cada uno puede desarrollar o no ese vicio», explicó Harold Segura, psicólogo experto en adicciones. Los investigadores refieren que los hábitos de vida, pueden modificar la información de los genes, lo que hacemos en el día a día, transforma lo que podría ser nuestro futuro e incluso deja un legado para nuestra descendencia, en caso de tenerla.

Revirtiendo el panorama

Posiblemente has desarrollado una adicción por el ambiente familiar en el que has crecido, quizá muchas veces pensaste que no caerías en ello, pero al final terminaste adicto a alguna sustancia que ha hecho de tu existencia un infierno.

Superar una adicción no es fácil, pero sí posible. Muchas personas creen que pueden hacerlo solas, pero eso no siempre funciona. La ayuda espiritual, puede ser un factor determinante para alcanzar la transformación. Si usas la fe y te apoyas en Dios, podrías erradicar esas conductas que estropean tu vida. Créelo, date la oportunidad ponerle fin a tu vicio.

Este domingo estaremos realizando una reunión muy especial, donde recibirás prácticos consejos para lograr tu objetivo: dejar las adicciones. Te estaremos esperando en Av. Revolución núm. 253 Col. Tacubaya a las 9:30 de la mañana. Nuestros servicios son gratuitos y abiertos a todo público. O bien puedes participar en la Universal más cercana a ti. Busca otras direcciones en https://universal.org.mx/direcciones/

«Aseguré no tener los vicios de mi padre, ¡pero me engañé!»

«Desde los 10 años, presencié pleitos entre mis padres que me afectaron mucho, esto debido al alcoholismo de mi papá. Aseguraba que cuando creciera, yo no sería como él. Las cosas empeoraron, se separaron y me quedé con mi mamá. Al ser el hijo mayor, tuve que abandonar la escuela para trabajar y apoyarla en los gastos del hogar. 

En ese lapso, conocí personas con las que aprendí a tomar, incluso varias veces llegué alcoholizado a la casa. Luego, el alcohol ya no fue suficiente y se me hizo fácil probar la marihuana y la cocaína, también se me hicieron vicio. Solamente trabajaba para solventarlo. Algún día, prometí no hacer lo mismo que mi padre, pero terminé haciéndolo de una forma peor. Mi madre me anexó…

Cuando me reincorporé a la sociedad, aparentemente las cosas mejoraron, hasta puse varios negocios. No obstante, mi carácter se volvió agresivo y, como ya había más ingresos económicos, el consumo de alcohol y drogas aumentaron al punto de llevarme a perder todo lo que tenía. Así estuve durante 20 años, ¡pensé que ya no había solución para mí!

Varias ocasiones, vi el programa de televisión de la Universal, me daba mucha paz sintonizarlo. Algo me decía que ahí me ayudarían y no dudé en acudir. Ese día, como hasta ahora, siempre me recibieron muy bien. Además, participando constantemente, me di cuenta que sí existe una solución: el Señor Jesús. Me entregué a Él y decidí obedecer su Palabra.

No fue sencillo, pero fui logrando grandes cosas. Primero, se me quitó lo agresivo. Después, puse un empeño mayor para, por medio de la fe, vencer mis adicciones, y lo logré. Hoy no pruebo ni una gota de alcohol ni consumo ninguna droga. También, estoy felizmente casado con una mujer que también ama a Dios.

Es impresionante que, por mucho tiempo, intenté solucionar las cosas por mi cuenta sin resultado alguno, Pero, con Dios, aunque requirió un proceso, alcancé ese objetivo. Puedo decir que soy un hombre distinto, gracias al pode que tiene la fe para restaurar.» -José Mendoza