La mayor prueba de amor
«Y dijo Dios a Salomón: Por cuanto esto estaba en tu corazón, y no has pedido riquezas, ni bienes, ni gloria, ni la vida de los que te odian, ni aun has pedido larga vida, sino que has pedido para ti sabiduría y conocimiento para poder gobernar a mi pueblo sobre el cual te he hecho rey». (2 Crónicas 1:11).
La mayor prueba de amor que una persona puede darle a Dios es pensar en Su pueblo; esto le agrada mucho, porque revela que ella tiene Su Espíritu y, por eso, se entrega en favor de los demás, negándose a sí misma para que otros alcancen la comunión perfecta con el Dios Altísimo. Sabio es aquel que piensa como Dios; el que piensa en almas redimidas para la eternidad.
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