Fe natural vs. Fe sobrenatural
¿Qué tipo de fe está guiando su vida? ¿O tal vez no comprende qué es o cómo aplicarla? El pasado domingo 27 de agosto, el obispo Franklin Sanches explicó la distinción entre estos dos tipos de fe.
Fe natural
«La fe natural es la fe que todo ser humano tiene, es la fe que se mueve y que se guía de acuerdo con las circunstancias que rodean a una persona», comentó el obispo.
Es importante destacar que la fe natural se basa en los sentidos humanos de cada individuo, impulsada por las situaciones y emociones del día a día. Es una fe presente en todos, independientemente de su creencia religiosa. Esto puede llevar a una dependencia en algo o alguien más.
Por ejemplo: cuando una persona toma el metro tiene la confianza y la certeza de que va a llegar a su destino, sin importar quién esté teniendo el control del transporte.
Fe sobrenatural
«Es la fe que viene del Espíritu de Dios, y solo puede ser obtenida cuando hay una relación del hombre con Dios. Esa relación, esa estrechez del hombre con Dios es lo que va a producir en la persona esa fe sobrenatural», dijo el obispo Franklin.
Esta fe depende exclusivamente de Dios y se guía y fundamenta en Su Palabra, que encontramos en la Biblia. A diferencia de lo que vemos físicamente o del estado en que nos encontremos, la fe sobrenatural permite lograr lo que parece imposible. Esta fe le capacita para superar desafíos, incluso cuando no parecen alcanzables, cediendo el control de su vida a Dios por completo.
Más adelante el obispo citó: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.» (Filipenses 4:13). Dejando en claro que Dios nos dará todo lo que nosotros necesitemos.
¿Podrá salir de esos problemas?
Tal vez en estos momentos usted esté pasando por dificultades y se siente cada vez más hundido en ellas; las esperanzas parecen desvanecerse, ya que los pronósticos indican que no hay una salida. Por ejemplo: usted o un ser querido está pasando por una enfermedad que no tiene cura, o tiene una familia destruida, donde hay vicios, golpes e insultos, y va empeorando la relación al punto de ya no hablarse. La pregunta es: ¿cómo resolver estas u otras situaciones semejantes?
La respuesta, de acuerdo con lo que dijo el obispo, está en el siguiente pasaje: «La mano del Señor vino sobre mí, y me sacó en el Espíritu del Señor, y me puso en medio del valle que estaba lleno de huesos. Y Él me hizo pasar en derredor de ellos, y he aquí, eran muchísimos sobre la superficie del valle; y he aquí, estaban muy secos.… Y profeticé como Él me había ordenado, y el Espíritu entró en ellos, y vivieron y se pusieron en pie, un enorme e inmenso ejército.» (Ezequiel 37:1-10).
Lógicamente, no tenía sentido hablarles a unos huesos secos, sin embargo, la fe no mira las circunstancias; y lo que nos enseña esta palabra es eso, a hacer lo que Dios manda, aun en contra de lo que dicta la naturaleza y un entorno desfavorable.
Como resultado, después de que Ezequiel profetizó, esos huesos tuvieron carne y, después de que recibieron el Espíritu, tuvieron vida. Así es como hoy en día las personas pueden resolver lo que enfrentan por medio de esa fe sobrenatural, profetizando (determinando) que vencerán. ¡Use las herramientas de la fe! De ese modo, es posible ser sanado, acabar con su problema económico, tener la unión que tanto ha buscado en su familia, etc. Deje obrar la fe sobrenatural y verá lo imposible acontecer, tal como lo comentó el obispo.
Y para poseer esa fe sobrenatural, es necesario recibir lo más valioso que puede obtener: «cuando el Espíritu Santo entra, se acabó; usted pasa a tener esa clase de fe y estará listo para los momentos difíciles, ya que pase lo que pase profesará cosas mayores y nunca decaerá», orientó el obispo para finalizar.
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