Fe bíblica vs. Fe religiosa

Hay quienes viven hasta la muerte o varios años pensando que su sufrimiento no tendrá fin. Sin embargo, no es así, la vida puede tener un rumbo diferente; la cuestión es que en su mente fue cultivada la idea de que todos los problemas y todo su dolor son producto de una cruz que deben cargar, que nacieron estrellados o que están pagando por el error de una vida pasada. Estas ideas son producto de la fe religiosa, la cual lleva a muchos a la resignación. ¿Y cómo arrancar eso de la mente? El pasado domingo 3 de septiembre, el obispo Franklin Sanches dio los detalles sobre cómo la fe bíblica es la respuesta que todos necesitan.

Dos tipos de fe, dos resultados diferentes

Como ya se explicó, la fe religiosa no deja que las personas piensen; en realidad, «esclaviza, hace que uno se conforme y acepte las desgracias; incluso uno actúa por costumbre, tradición e inercia. Ella les enseña a los demás que las cosas que atraviesan son pruebas que Dios les pone en su matrimonio, salud, trabajo… Y las personas admiten aquellas palabras. Eso hace que se frustren y digan: “Caramba, tengo fe en Dios, pero mira cómo estoy”», detalló el obispo.

Solo que todo lo relacionado con la fe religiosa no tiene ningún fundamento, pues se tratan de ideologías humanas que no tienen nada que ver con Dios.

En cambio, la fe bíblica es diferente… «Ella no tiene ataduras, nos da libertad de espíritu, es una fe que no me deja caído, no me deja admitir un problema como si fuera mi destino y no acepta esa idea de que unos nacen con estrella y otros, estrellados. De hecho, la fe bíblica me enseña que al que cree todo le es posible, sin importar quién sea la persona. Usted pudo haber nacido en un hogar pobre, pero no significa que tiene que seguir siéndolo, porque su fe le puede sacar de la pobreza. Algunos, orientados por esa fe piensan: “Si tuve un padre alcohólico, no significa que yo he de serlo”, porque ella les hace tener un futuro diferente, pues la fe bíblica se fundamenta en lo que está escrito en la Palabra de Dios», agregó.

Además, el obispo destacó que la fe bíblica nos hace pensar y nos muestra que los imposibles no existen: «¿Qué persona, que se acercó a Jesús con un problema, escuchó de Él: “Ni modo, a ti te tocó”? ¿Cuándo pasó eso? ¡Nunca! Cuando usted recibe esa fe bíblica, que es la fe del Espíritu Santo, cambia su manera de pensar, desecha esas ideas que le aprisionaron por toda su vida (aquellas que le hicieron pensar que le tocaba sufrir) y entiende que puede cambiar su historia por medio de la fe en la Palabra de Dios».

¿Cómo recibir la fe bíblica?

La respuesta se puede encontrar en este pasaje:

«Entonces Él me dijo: Hijo de hombre, estos huesos son toda la casa de Israel; he aquí, ellos dicen: “Nuestros huesos se han secado, y nuestra esperanza ha perecido. Estamos completamente destruidos”. Por tanto, profetiza, y diles: “Así dice el Señor Dios: ‘He aquí, abriré vuestros sepulcros y os haré subir de vuestros sepulcros, pueblo mío, y os llevaré a la tierra de Israel. Y sabréis que yo soy el Señor, cuando abra vuestros sepulcros y os haga subir de vuestros sepulcros, pueblo mío. Pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os pondré en vuestra tierra. Entonces sabréis que yo, el Señor, he hablado y lo he hecho’ —declara el Señor”» (Ezequiel 37:11-14).

El profeta Ezequiel había sido colocado en medio de un valle lleno de huesos secos, no había vida. Y como dice arriba, para ellos en apariencia no había salida porque estaban destruidos. Es justo lo que muchos dicen cuando ya no ven esperanza en su matrimonio, en su economía, en su lucha contra un padecimiento terminal, etc.

«Algunos dicen: “Todo lo que tenía que haber hecho lo hice”. Pero en realidad aún no, porque todavía les queda la fe. Entonces, nunca diga que no lo conseguirá, nunca piense que usted es un fracaso, nunca piense que nació para sufrir y que no será feliz. No diga eso a pesar de los fracasos, los abusos o el pasado, porque con Jesús tendrá felicidad. La fe en el Dios de la Biblia no le deja mirar atrás. Usted no puede cambiar el pasado, pero sí su presente y su futuro. Aunque haya cometido errores, no importa lo que hizo, crea que Jesús le perdona y puede lavarle de su pecado; Él le quiere dar la oportunidad de empezar una nueva vida», añadió el obispo.

Y para finalizar, habló que hay muchas personas que están muertas en vida, pero Dios es glorificado cuando salen del sepulcro espiritual: «Imagínese a usted saliendo de su miseria, prosperando; teniendo una familia… Todos sabrán que el Señor es Dios porque su vida cambió. Él quiere hacer eso, sacarle de la muerte y darle vida.

Pero no sirve de nada poseer todo sin tener el Espíritu Santo. Usted solo va a cambiar y tener vida cuando el Espíritu de Dios entre en usted para darle paz, fuerza y fe para que usted ya no sea humillado y no viva más en el fracaso. Por eso, con Él en su vida, el problema ya no estará en su interior y con Su guía podrá vencer las dificultades externas».

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