Existen tres clases de personas: ¿cuál eres tú?

Durante el Santo Culto del pasado domingo 7 de abril, el obispo Franklin Sanches explicó que existen 3 tipos de personas dentro de las iglesias: primero, aquellas que son hijas de Dios, pero no se posicionan ante la grandeza de serlo; segundo, las que no son hijas de Dios, pero son frecuentadoras de una iglesia, y, por último, las que son hijas de Dios y comprenden lo que esto significa, por lo tanto, disfrutan de todo lo que le pertenece a Su Padre celestial.

Primer grupo

Los que son hijos de Dios, pero no comprenden su posición, aceptan las imposiciones del diablo y del mundo. «Cuando la persona no tiene entendimiento de lo que significa ser un hijo de Dios, simplemente se resigna con las cosas que le pasan, las toma como si fueran normales, piensa que es la vida que le tocó», explicó el obispo.

Segundo grupo

Aunque estén dentro de una iglesia, hay personas que viven engañadas pensando que son hijas de Dios. ¿Eso significa que no todos son hijos de Dios? Exactamente, en realidad, son criaturas. Para ser engendrado como hijo de Dios, es necesario entregarse de cuerpo, alma y espíritu al Señor Jesús.

El obispo refiere que mientras no haya esa entrega total, el diablo seguirá imponiéndose sobre los que no son hijos de Dios. La Biblia cuenta la breve historia de un hombre de la tierra de los gadarenos que era poseído por una legión de demonios. Cuando aquel hombre vio a Jesús de lejos, corrió, se arrodilló y dijo: «¿Qué tengo yo que ver contigo, Jesús, Hijo del Dios Altísimo?» (Marcos 5:6).

«Es decir, los demonios son atormentados por una persona que es hija de Dios, y no al revés; mientras, el diablo continúa teniendo acceso a aquel que no es hijo de Dios. Por eso la persona no duerme bien en las noches, escucha voces, ve sombras […], los demonios continúan atormentándola», detalló el obispo.

En cambio, cuando alguien se entrega realmente al Señor Jesucristo, el Espíritu Santo viene sobre su vida, y esto nos lleva al tercer grupo…

Los hijos de Dios

El Espíritu Santo dentro de una persona es un sello de filiación. «Todos los que son hijos de Dios son poseídos por Él, pero los que no lo son, son poseídos por un demonio (o muchos) y por eso la vida de ambos es completamente diferente. De ahí que cada uno tiene que ver en qué situación se encuentra […]. Mientras la persona no entienda lo que significa ser hijo de Dios, ella tendrá una vida infeliz», agregó.

«Piénsenlo de la siguiente manera: si un padre muere y deja una herencia a sus hijos pequeños, esos niños no están en mejor situación que los esclavos hasta que se hagan mayores de edad, aunque son los verdaderos dueños de todas las posesiones de su padre.» (Gálatas 4:1 – NTV).

Con base en esto, el obispo reiteró que Dios no puede hacer nada en la vida de aquel no ha tomado la posición de hijo Suyo. Pero quien pasa a ser hijo del Altísimo, para él nada es imposible.

«Cuando Jesús estaba con los discípulos en el mar y se levantó una gran tempestad, la barca se estaba hundiendo, pero Él estaba durmiendo, ¿por qué? Porque, así como Él, el que es hijo sabe que Su Papá le va a proteger.

¿Ahora entiende por qué una persona se desespera, se angustia e incluso piensa en locuras cuando pasa por un problema? Cuando usted es hijo, se tranquiliza porque sabe que hay cosas que no puede hacer, pero Dios, sí […]. Con el Espíritu Santo dentro de usted, empieza a tener paz aun en medio de la tempestad. Ser hijos de Dios no nos libra de problemas; pero eso no significa que aceptamos fracasos porque sabemos que Dios estará con nosotros».

«… y debido a que somos sus hijos, Dios envió al Espíritu de Su Hijo a nuestro corazón, el cual nos impulsa a exclamar “Abba, Padre”. Y dice: “Ahora ya no eres un esclavo sino un hijo de Dios, y como eres su hijo, Dios te ha hecho Su heredero”» (Gálatas 4:2-6).

Finalmente, el obispo destacó que sin importar el pasado o lo que una persona hizo (o dejó de hacer), ella puede volverse una hija de Dios. Pero, como ya se dijo, ser engendrado por Él requiere la entrega total de su vida; y esa elección la puede hacer usted hoy mismo.

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