Estoy divorciado. ¿Puedo casarme de nuevo en la iglesia?

El divorcio nunca fue (o será) un momento fácil. Si lo nota, tener que seguir la vida después de años dedicándose a una relación, es muy doloroso. No obstante, tras el término de un matrimonio la persona debe, sobre todo, analizar profundamente la situación.

“Usted necesita tener una comprensión real de lo que sucedió y cuál es su contribución para el problema. Cuanto mejor entienda en dónde se equivocó, aunque crea que la mayor culpa fue del otro, más preparado estará para desarrollar nuevas habilidades y no fallar de nuevo”, aconseja Renato Cardoso, en su libro Noviazgo Blindado (Namoro Blindado, en su lengua original), escrito en conjunto con su esposa, Cristiane Cardoso.

Tras ese periodo de autoanálisis, la persona debe dedicarse a curar su interior. Esto es porque, empezar una nueva relación sin haber resuelto las cuestiones del matrimonio anterior, puede ser tan perjudicial como el primero.

“Es prudente esperar, por lo menos, de uno a dos años después del divorcio, antes de considerar una nueva relación”, orienta Renato.

Tras ese periodo de conocimiento y solución de problemas, incluyendo los conflictos internos, entonces, la persona está apta —si así lo desea— para una nueva relación.

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Casarse de nuevo

¿Usted se divorció, se recuperó, encontró un nuevo amor y ahora desea casarse nuevamente? Es fundamental que su pareja y usted oficialicen el matrimonio en el Altar.

Es en el Altar en donde el recomienzo será bendecido por Dios, independientemente de su pasado.

La Universal realiza matrimonios de solteros, divorciados y viudos. Lo importante es que, bajo la Palabra de Dios, la pareja suba al Altar para que la nueva relación sea bendecida y diferente de la anterior.