¿El amor por el prójimo aún arde en usted?

¡Me pone muy feliz ver a los siervos dedicándose en el cuidado al pueblo! Esto es señal de su comunión con Dios, pues, a final de cuentas, no sirve de nada presionar a quien no tiene ese amor quemando en su interior.

A veces, miramos a algunas personas que podrían entregarse más a favor de las almas, o tener más iniciativa de ayudar, sumar, contribuir de alguna manera. Pero, si ellas no despiertan escuchando el llamado del Espíritu Santo, no nos escucharán a nosotros.

En muchas ocasiones, Dios ya no habla más, ya no llama ni toca más…

Esto es porque solo nos hemos escuchado a nosotros mismos y a nuestras excusas para no servir.

Elegir qué obedecer no es obediencia, y amar con un amor que no nos cuesta nada no es amor.

Confieso que sueño con un avivamiento que comience primero en nosotros y cambie nuestra manera de servir.

Por Núbia Siqueira

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