De madre para madre: todo aquel que cree en Él

“Porque la Escritura dice: Todo aquel que cree en él no será avergonzado” (Romanos 10:11).

Querida mamá:

Vamos a entender esta promesa, que yo diría que nos da una enorme confianza. Sí, imagínelo, si el propio Dios está confirmando esto, ¿por qué no creer?

Solo que no es tanto así, es decir, no es creer de la boca hacia afuera o con sentimiento, sino creer en la práctica de la Palabra. Creer que si una obedece y es fiel, se sacrifica en hacer lo que es correcto, ahí sí, viene el cumplimiento de la promesa de Dios.

Pero, el hecho de creer que usted ya hizo todo eso, no es suficiente. La vida con Dios es tan particular y tan simple, que las personas terminan complicándola: cuando hago lo que no quiero, ¡ahí sí hago lo que le agrada a Dios!

Y eso es todo, es decir, esa fe y esa comprensión que debemos transmitirles a nuestros hijos.

Enséñeles que tenemos la linda confirmación de la boca de Dios de que, si yo creo en Él, jamás seré confundido en mis pensamientos, en mis elecciones, en mis sentimientos, etcétera…

Sin embargo, esa vida con Dios no es imposible, no, por el contrario. Es maravilloso caminar con Él, pero requiere sacrificio de mi yo con respecto a Él, y Él, viendo mi obediencia, mi dependencia, ahí así, cumple en mí su promesa. Sí, así de simple, aunque sé que no es fácil, sin embargo, garantizo que es posible.

Y cuando nosotras, madre, tenemos esa experiencia con Dios, se vuelve más fácil hablar de ella con nuestros hijos, pues a partir de entonces, ellos entenderán el porqué de los “noes” el porqué de los límites y por qué usted ha tenido tanto cuidado en su educación.

Tenga esa experiencia con Dios y verá cuán reconfortante es tenerlo junto a nosotros.

¡Que Dios bendiga a su familia!