«Cuando llegaba la noche, sabía que llegaría mi tormento» 

Entre el 30 y 60 % de las personas que presentan insomnio crónico también padecen algún tipo de trastorno psiquiátrico. Según José Antoni Lozano, especialista en farmacéutica, enumeró que estos pueden ser «depresión mental, trastorno de ansiedad y obsesivo-compulsivo, ataques de pánico, personalidad limítrofe (borderline), abuso de fármacos y alcohol, anorexia nerviosa o trastornos adaptativos, entre otros.». 

Minerva Luna Nolasco es una madre que pasó por este tipo de situaciones. A raíz de los problemas con su esposo, la tristeza se profundizó hasta convertirse en problemas aún mayores: «La depresión se fue agravando al punto de pasarla mal en las noches. En esos instantes, veía figuras de animales (como perros y pájaros negros) que se estaban comiendo a una de mis hijas. No podía dormir porque peleaba con ellos. 

Por esa angustia y tormentos empecé a tomar alcohol, era tanto que incluso llegaba borracha al trabajo. También enfermé de neumonía y me detectaron miomas que me causaron hemorragias durante 5 años. Como pensé que no podía salir adelante en nada, busqué el modo de terminar con mi vida. Hasta le dije a mi familia: “Hasta aquí me quedo, ya no quiero luchar”». 

Tiempo después, Minerva conoció la Universal. Escuchando los mensajes de las reuniones (inclusive las de Casos Imposibles) y poniendo en práctica su fe, su interior y entorno comenzaron a cambiar con el paso del tiempo: «Cada vez que escuchaba la Palabra de Dios sentía alegría, y la tristeza iba disminuyendo. No fue sino hasta que recibí Su presencia en mi interior que conocí la verdadera felicidad. Así fue como los deseos de suicidio y el tormento llegaron a su fin. En cuanto a mi salud, perseverando con fe, Dios me respondió y fui sanada». 

Casos Imposibles

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