«Creí que con mi conocimiento sería suficiente, no me importó Dios»

«A pesar de ser una mujer preparada profesionalmente, pensé que no tenía valor y que difícilmente lograría lo que me propusiera porque eran cosas “inalcanzables”. A lo largo de mi preparación académica, nunca tomé en cuenta a Dios, pues le daba más peso a la ciencia, al conocimiento que en ese momento estaba adquiriendo.

Sin embargo, eso no fue suficiente para superar el cuadro depresivo en el que vivía: me la pasaba encerrada en mi cuarto durante semanas, sin bañarme por varios días, sin ganas de hacer absolutamente nada. Como consecuencia, perdí clientes, cerré el consultorio que tenía y, por ende, mi economía terminó en el suelo.

«Me sentía frustrada, sola y con dolor en el alma»

Pensaba que mi familia estaría mejor si acababa con mi vida; me sentía frustrada, sola y con dolor en el alma. Pero, al conocer el Templo de los Milagros, la paz regresó, volví a tomarle la debida importancia a Dios y, a cambio, me demostró que sigue vivo y que se importa por mí. Él me ayudó a vencer los sentimientos de inferioridad, la depresión y lo negativo que sentía.

Asimismo, me incentivo y me dio las condiciones para nuevamente tener un lugar propio para atender a mis clientes y, de esta manera, lograr que mi economía se restaurara y así se ha mantenido hasta ahora. Hoy soy una mujer que ama lo que hace, que se siente plena.» -Mariela Ortíz