¿Piensas que tu familia no tiene remedio?

En todo el mundo, los investigadores han estado observando una especie de epidemia silenciosa relacionada con la distancia en las relaciones familiares. En Estados Unidos, un estudio publicado en 2020 señaló que más de 1 de cada 4 estadounidenses afirmó haberse distanciado de algún miembro de su familia. En Reino Unido, otro sondeo arrojó resultados similares: 1 de cada 5 individuos experimentó una ruptura con algún pariente. Este mismo escenario también se observó en Australia y Canadá.

Las investigaciones sobre este tema aún son limitadas, pero sugieren algunas razones que incrementan la distancia entre padres e hijos, como el abuso por parte de uno de los padres en algún momento de la vida, ya sea físico, verbal o emocional; el divorcio de los padres; y diferencias en los valores morales. Sin embargo, es importante comprender que el distanciamiento no borra el pasado ni resuelve los problemas, simplemente los «esconde». Como resultado, siempre persistirán en los pensamientos y en el interior de quienes están involucrados.

De acuerdo con algunos expertos, la familia tiene la función de proveerle apoyo emocional al niño. Por lo tanto, el padre y la madre deben prestar atención, brindar amor, fomentar el diálogo, actuar con respeto y establecer límites, es decir, proporcionar un vínculo seguro. Con esta estructura, es probable que este niño se convierta en un adulto emocionalmente sano.

Sin esa red de apoyo, las consecuencias son negativas. Cuando hay ausencia de un hogar, vemos adultos emocionalmente enfermos a causa de una infancia y entorno familiar disfuncional.

«Mi familia no tiene remedio»

Si has pensado exactamente eso por lo que se explicó anteriormente (o por otras razones), necesitas saber lo siguiente: tener un hogar feliz y bien constituido es posible. ¿Cómo? Colocando tu vida y la de tus seres queridos en las manos de Dios.

No importa la situación en la que se encuentra tu relación familiar, si realmente estás dispuesto a luchar por ella, y estás dispuesto a realizar los cambios necesarios para que eso suceda, entonces, la Terapia del Amor es para ti. Y continuaremos con el propósito de el Agua al Vino. Así como Jesús transformó este líquido vital en vino, por medio de tu fe, determina la transformación de tu hogar.

Te esperamos este jueves 1 de febrero, especialmente a las 7 p. m., en el Templo de los Milagros: Av. Revolución #253, col. Tacubaya. O bien, en la Universal más cercana.

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