Corriendo atrás del viento
«Y aborrecí la vida, porque me era penosa la obra que se hace bajo el sol, pues todo es vanidad y correr tras el viento.» (Eclesiastés 2:17).
Cuando maduramos en la fe, podemos hablar como el rey Salomón: todo cansa, todo es vanidad y aflicción de espíritu. Hay personas que tienen mucho pero no valoran los regalos del Señor; mientras que otros no tienen nada y culpan a Aquel que tanto desea bendecirlos.
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