Corazón recto y conciencia limpia
«Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura. Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es Aquel que prometió.» (Hebreos 10:22-23).
Tenemos el privilegio de llegar delante del trono de Dios por medio del nombre del Señor Jesús; a pesar de eso, es necesario que haya integridad de corazón y una conciencia purificada por la Palabra de Dios, que nos fortalece para que permanezcamos fieles al Señor hasta el fin.
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