Ante el rostro de Dios

«Y el Señor acostumbraba hablar con Moisés cara a cara, como habla un hombre con su amigo…» (Éxodo 33:11).

Cada día, la rutina del ser humano se vuelve más caótica, con toneladas de información siendo vertidas minuto a minuto y numerosas distracciones surgiendo en la vida de cada persona. Hay noticias, redes sociales, series, cadenas y noticias falsas distribuidas por WhatsApp, chismes sobre celebridades, además de todas las cuentas por pagar, problemas familiares, exceso de trabajo, cuidado del hogar, etc. Con todo esto bombardeando, se vuelve difícil para la persona dedicarse a la vida espiritual, y aún más difícil es escuchar lo que Dios tiene para decirle.

Actualmente, cuidar la relación con Dios requiere esfuerzo y atención, pero no todos se dan cuenta de esto; al contrario, muchos permiten que se forme un abismo entre ellos y el Altísimo.

Esta distancia entre el Creador y la criatura genera en el ser humano un sentimiento de incompletitud. Y la falta de intimidad con Dios hace que falte paz, serenidad e incluso esperanza y fuerza para superar las batallas cotidianas. La razón por la que las personas se sienten tan distantes de Dios, tan vacías y tan perdidas, es que están saturadas por la información de esta vida, la información de este mundo.

Por esta razón, es necesario reservar tiempo para abstenerse de toda la información que la sociedad empuja hacia la mente de cada persona, información que en su mayoría no aporta nada bueno. Por eso, desde el pasado 19 de noviembre hasta el 10 de diciembre, la Universal está llevando a cabo una campaña a favor de esta higiene mental y espiritual: el Ayuno de Daniel.

¿Qué es el Ayuno de Daniel?

Este período de 21 días es un ayuno de información para dedicar más tiempo a los pensamientos de Dios. En varios pasajes bíblicos, Dios le orienta al ser humano a fortalecer su comunión con Él, aunque eso signifique que el hombre se aleje de lo mundano. En otras palabras: Dios nos manda sumergirnos en Su Palabra, pero ¿quién hace eso actualmente? Hoy muchos están sumergidos en la información del mundo, especialmente en internet.

El Ayuno de Daniel en esta ocasión se centrará precisamente en lo que está escrito en Éxodo 33:11. La meta es ayudar a cada persona a (re)construir esta relación de intimidad con el Altísimo para poder disfrutar de Su Presencia.

Es importante dejar claro que Dios nunca deja de hablarle a cada persona, pero es elección de cada uno dedicarle su atención al exceso de ruido que hace el mundo o a la Voz que viene de lo Alto. Al cerrar los oídos y los ojos a todo lo que es superfluo, la persona puede enfocarse en la Voz de Dios y, así, escuchar lo que Él tiene para decir, como se escucha a un amigo, y en este caso, no a cualquier amigo, sino a uno más que especial.

Así pues, se dejará a un lado lo que es innecesario y el tiempo que se invertía en eso ahora será para dedicarlo a la meditación de la Palabra de Dios y en contenido bíblico, por ejemplo:

• Acceder a Univer Vídeo, que tiene un contenido infinito para edificar tu vida espiritual.
• Orar y ayunar más.
• Hablar con personas de Fe sobre asuntos de la Fe.
• Leer libros de la Iglesia

En fin, vas a invertir en tu vida espiritual durante 21 días. Y ahí vas a ver el resultado, lo que va a suceder en tu vida. Y para quienes aún no tienen el Espíritu Santo, esta es la oportunidad ideal para recibirlo.

Para saber cómo realizar este propósito lee: ¿Cómo hacer el Ayuno de Daniel?

La necesidad del Espíritu Santo

Tal vez tú, lector, has oído hablar del Espíritu Santo, pero aún no entiendes por qué es tan necesario. Al respecto, el obispo Edir Macedo enfatiza que el Espíritu Santo es el Espíritu de la Fe que guía a todos hacia la Verdad y la justicia. Según él, muchos están perdidos y ahogados en dudas porque no Lo tienen como Instructor en la Tierra y como Guía para la Salvación. «El Espíritu Santo es la mente de Dios, es Quien nos lleva a la Fe y nos convence del pecado. Sin Él, es imposible ser salvos», dijo.

«Vivir en este mundo y mantener la Fe sin el Espíritu Santo es imposible, porque Él es la Verdad y solo Él tiene la capacidad de dirigirnos. Al recibir al Espíritu Santo, la persona estará sellada, marcada e intocable, porque Él es su protección y guía, protegiéndola de todos los males», añadió el obispo.

Sin embargo, para tener este milagro en tu vida, es necesario hacer una entrega total y espiritual en el Altar de Dios, lo cual te dará paz, sabiduría y Fe. «Él es Quien habla y convence sobre lo que es correcto y lo que es incorrecto. Y por eso es fundamental para nuestra Salvación, porque nos ilumina y nos da la dirección que necesitamos», concluyó el obispo Macedo.

¡Participa!

El Ayuno de Daniel ya comenzó, pero aún tienes oportunidad de participar en él. Visita hoy mismo la Universal más cercana a ti y comienza a acercarte a Dios lo antes posible para que, finalmente, puedas escucharlo frente a frente.

Sigue con: El Ayuno de Daniel es para revelar el Nombre de Dios