Alma y Espíritu, juntos en una sola fe a través de la oración
“Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a Tu misericordia; conforme a la multitud de Tus piedades borra mis rebeliones.
Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado.
Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí.”
Salmos 51:1-3
Extraído del blog del Obispo Macedo
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