Acércate a Dios, y Él se acercará a ti

En el pasaje bíblico de Santiago 4:8, el apóstol Santiago, guiado por el Espíritu Santo, dice que Dios les da retribución a aquellos que se acercan a Él. Si una persona se dirige Él se dirigirá a ella. Sin embargo, si la persona Lo desprecia, Él también la despreciará.
Dios, el Señor de los Ejércitos, que tiene todo el poder, la autoridad y la grandeza, que es el Señor de los Imposibles, le dice a cada ser humano que se dirija a Él y Él se dirigirá a cada uno que lo haga. Pero, para que esto ocurra, la persona debe buscarlo con un corazón abierto, rendido y, aunque ya no tenga nada más, entregárselo completamente y someterse a la Voluntad de Dios.
Cuando esta Palabra es puesta a prueba y obedecida, se produce necesariamente la venida del Espíritu Santo sobre todos aquellos que, con determinación, se acercaron al Altar de Dios con el corazón abierto, con transparencia y verdad. Y aunque la persona haya vivido en pecado, ya no importa desde el momento en que se dirige a Dios, pues Jesús espera a los pecadores. Él mismo dijo que los que necesitan del Médico son los pecadores y los enfermos.
Entonces, si has estado viviendo en pecado, pero estás cansado de ser así, Dios te da ahora la oportunidad de buscarlo y esto no es por tus méritos ni por los méritos de otras personas, sino por el cumplimiento y mérito de las Promesas de Dios.
Es algo simple y claro: vuelve con Dios y Él volverá a ti. Dios es simple y humilde, a pesar de ser el Todopoderoso.
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