5 cosas que debes dejar para el bien de tu alma
Todo lo que contamina nuestra alma pone en riesgo nuestra salvación. El apóstol Pedro, inspirado por el Espíritu Santo, alertó sobre 5 cosas que deben ser dejadas inmediatamente por aquellos que decidieron asumir la fe en el Señor Jesús.
«Habiendo pues dejado toda malicia, y todo engaño, y fingimientos, y envidias, y todas las murmuraciones» (1 Pedro 2:1).
1. Malicia
Significa maldad, juzgar, alimentar dentro del corazón sentimientos injustos.
Cabe señalar que la orientación no es para dejar solamente algunas malicias, sino toda la malicia. Todo lo que te haga tener malicia, ya sea relacionado con la obra de Dios, tu vida sentimental, profesional, el pastor, los obreros, el mundo; todo lo que el mal intenta hacer que veas con malos ojos. Dejar tales malicias es una decisión personal.
2. Engaño
Es aceptar el engaño o engañar. A veces, la persona no engaña, pero acepta ser engañada. Peor que ser engañado es que ella misma se engañe. Cuando uno mismo se engaña, ¿cuándo dejará de ser engañado?
3. Fingimientos
No intentes demostrar algo que realmente no eres, ya que Dios sabe quién eres tú.
4. Envidias
La Biblia dice que maldecido es aquel que envidia (Santiago 3:14-16), que se fija en lo que los demás tienen y él no, y se frustra por eso.
5. Murmuraciones
Es expresar descontento, lamentarse por algo que está sucediendo o que aún no sucedió. En este aspecto, muchos han tropezado, aunque no sean maliciosos, envidiosos, fingidos, engañadores o que se dejen de engañar.
Y el secreto para evitar todo esto está en el siguiente versículo:
«… desead, como niños recién nacidos, la leche racional, y que es sin engaño, para que por ella crezcáis…» (1 Pedro 2:2).
Como dice «arriba», niños significa ser puro, inocente, sin maldad. Deseando la leche racional, que es la Palabra de Dios. Ella nos hace pensar, madurar, mirarnos a nosotros mismos y ver nuestro verdadero estado espiritual.
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