¿Qué es el síndrome del pequeño poder?

Decía Abraham Lincoln: «Si quieres probar el carácter de un hombre, dale poder». Esta frase nos explica lo peligroso que es darle autoridad a una persona equivocada. Y es que existe gran número de trabajadores, directivos, etcétera, que quedan a cargo de diversas responsabilidades sin tener la estructura emocional para asumir el control y terminan afectando el entorno.

Para los psicólogos esto es conocido como el Síndrome del Pequeño Poder. La psicóloga clínica y especialista en medicina conductual, Sandra Almeida, explica que este síndrome se caracteriza por el abuso de una persona que está en una jerarquía superior sobre otras.

Un ejemplo clásico es esa persona que solo era un compañero de trabajo, pero recibe una pequeña promoción y comienza a hacer uso de su “autoridad” tratando con arrogancia a sus compañeros y tomándose atribuciones que no le corresponden, incluso delega sus responsabilidades hacia otros miembros de su equipo de trabajo.

¿Por qué sucede?

Sandra aclara que este síndrome no es una patología. Sin embargo, puede causar sufrimiento. «El poder fascina, pero pocas personas tienen la estructura emocional para lidiar con él. Cuando el carácter de uno no es saludable, el uso del poder toma un curso diferente, más para la satisfacción individual que para el bien colectivo», refiere Almeida.

La especialista también detalla que la razón por la cual una persona desarrolla este perfil es la baja autoestima: «La mayoría de las personas que tienen este síndrome aparentemente son arrogantes, impulsivos, inquietos y demasiado confiados en sí mismos, pero en el fondo son muy inseguros».

Para la psicóloga Sandra, lo ideal no es alimentar esta opresión, pero hacerle frente tampoco es la solución. La mejor salida, entonces, es alejarse de la persona para evitar conflictos. Después de todo, a menudo usan el autoritarismo para humillar a otros, incluso inconscientemente.