«Vivía angustiada porque mi hija se salía en las noches a los antros»   

«Durante mucho tiempo tuve problemas con mis hijas, especialmente con la mayor porque, aun siendo madre soltera, se iba a los antros, tomaba, fumaba y no respetaba los horarios para regresar; llegó un momento en el que ya no solo era los fines de semana sino cualquier día y hasta se quería llevar a su hermana menor. Esto me generó problemas con mi esposo porque decía que a él no le pedían permiso y yo las había dejado salir. Mi hija decía que prefería salir porque no le gustaba estar en la casa, se sentía mal al recordar sus problemas y prefería salir. 

A raíz de eso me enfermé de colitis y gastritis, y a mi esposo le daban dolores de cabeza porque siempre estábamos tensos por esa situación. Un domingo vi en la televisión un programa de la Universal y le dije a mi esposo que me llevara porque pasaron un testimonio muy parecido a lo que estábamos viviendo y vi que había solución para mis problemas. Desde el primer día que fuimos ya no dejamos de ir. 

Aunque no entendía muy bien cómo usar mi fe, participé en todos los propósitos que se hacían pidiéndole a Dios por mis hijas. Al principio las invitaba y no querían ir porque llegaban bien desveladas y no se querían levantar temprano. Pero con tal de que fueran íbamos en la tarde y de ahí empezaron a asistir los domingos, para que las dejara salir el fin de semana. Con la más chica, pronto vimos un cambio al buscar al Señor, pero con la mayor no fue fácil que ella de verdad decidiera buscarlo, pero logró sanar las heridas del pasado e incluso nos pidió perdón. Hoy está casada con un buen hombre y mi familia está unida y en paz. A pesar de las bendiciones, el Espíritu Santo es lo más importante porque sin Él nada es posible; es mi mayor riqueza.» – Sara Salazar Rivera 

Reunión del Espíritu Santo 

Te esperamos este 26 de mayo, en la Reunión del Espíritu Santo, especialmente a las 10 a. m., en el Templo de los Milagros: Av. Revolución # 253, col. Tacubaya. O bien en la Universal más cercana.

Las puertas de la Casa del Padre están abiertas, ¡Él está listo para recibirte! Esta oportunidad también es para ti que nunca te habías acercado a Dios, pero reconoces que Lo necesitas en tu vida. Así que no faltes.

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