¿Sabes cuál es la diferencia entre enriquecer y prosperar?

Sin la ayuda de Dios y Su Palabra, puedes enriquecer y conquistar. A final de cuentas, mucha gente que no sigue al Señor y ni siquiera cree que Él existe logra ganar mucho dinero.

¿En dónde está el problema?

Las conquistas de quien no se ha convertido en un verdadero hijo de Dios no significan que la persona tendrá felicidad plena. Por eso, la sociedad vive tan vacía, impaciente, insegura, depresiva. Pues conquistan lo que quieren, pero no tienen el ADN del Altísimo. Muchas personas tienen todo, pero no son plenamente felices. Además de eso, sin Él, todo tiene fecha de caducidad.

Por otro lado

Cuando conoces y crees en la Palabra, alcanzas lo que deseas, prosperas, independientemente del gobierno, tu origen o estudios. A final de cuentas, esa fe trae a la existencia lo que no existe.

Pero, para tener derecho a esta herencia, además de la Salvación, es necesario ser Hijo del Altísimo. Para eso es necesario el sacrificio.

Eso significa renunciar a lo que está mal, renunciar al pecado y obedecer a Dios con sinceridad, entregándose de verdad.

La base de las enseñanzas de Jesús es el sacrificio, pues renunciar a nuestra voluntad por la voluntad de Dios es permitirnos a abrir nuestra visión y salir de nuestra cajita, de nuestra zona de confort.

Así que reflexiona lo siguiente: cualquier tesoro de este mundo no tiene valor ante el gran valor del alma humana. Si estás vivo y pierdes dinero, puedes recuperarlo. ¿Pero si pierdes la vida? ¿Cómo recuperar lo que perdiste?

Aprende más…

En las reuniones del Congreso para el Éxito, que se lleva a cabo los lunes, podrás aprender cuáles son las claves para salir adelante en el aspecto financiero. La herramienta indispensable es la fe.

Te esperamos este lunes en el Templo de los Milagros: Avenida Revolución núm. 253, colonia Tacubaya, en la CDMX. O acude a la Universal más cercana a tu domicilio.