Quien lo invoca recibe poder
«El Señor es refugio de los oprimidos; es su baluarte en momentos de angustia.» (Salmos 9:9).
El Señor Dios habita en el Alto y Santo lugar, pero también habita con el afligido y el oprimido. Si este lo invoca creyendo que Él existe y que está listo para atenderlo en cualquier momento, experimentará Su Poder y Amor sin igual.
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