Psicosis: una condición que altera la realidad de muchos

De acuerdo con el Child Mind Insitute, la psicosis es un estado mental donde una persona pierde contacto con la realidad, ve y escucha cosas que los demás no, presenta delirios y alucinaciones, entre otros síntomas. Esto, a su vez, la deja nerviosa y angustiada, así como la mantiene en un estado de alerta constante respecto a las personas que la rodean, provocando su aislamiento.

«También, el paciente puede presentar catatonía —quedarse sin reaccionar, inmóvil—. Esto, lo puede desarrollar un factor estresante, el consumo de sustancias tóxicas —como marihuana—, el inicio o término del embarazo —una relación con la depresión posparto— debido a los cambios físicos y mentales. Y, en algunos casos, no hay un detonante», explica Úrsula Perona, psicóloga.

De acuerdo con el Dr. Birnbaum, director de un programa de tratamiento temprano para adolescentes y adultos jóvenes con tendencias psicóticas, ciertos medicamentos pueden reducir los síntomas, aunque no se liberan de ellos hasta después de varias semanas que comienzan a surtir efecto. No obstante, aun dados de alta, las familias tienen que continuar un proceso de adaptación.

De igual forma, es un error creer que el paciente padece esquizofrenia cuando apenas son los primeros episodios. Lo recomendable es buscar la ayuda de profesionales, como un psiquiatra, para que acompañe el caso y, según el tiempo y los síntomas, dé el diagnóstico correcto.

«Estar lejos de Dios me enfermó: tenía esquizofrenia»

«Desde pequeña, presencié violencia intrafamiliar. A decir verdad, nunca tuve una buena relación con mi mamá y esos problemas me orillaron a solicitar ayuda en casas de limpias y brujería. La solvencia económica que alguna vez tuvimos —casas, departamentos, autos, negocios— la perdimos en un abrir y cerrar de ojos.
Por ver a mis hermanas sufrir, tardé en darme la oportunidad de conocer a alguien. Cuando por fin lo hice, nos casamos después de siete años de relación, pero no la pasé bien con él: era explosivo, me maltrataba, actuaba como soltero y aun teniendo dos hijas, era irresponsable porque no me daba gasto. De hecho, llegaba tarde a casa sin justificación. Caí en depresión.

En ese lapso, llegué a la Universal, pero no me entregaba completamente a Dios, sino que criticaba todo lo que allí se hacía. Un día, me alejé… Sin embargo, al estar lejos de Dios, me enfermé de esquizofrenia y de cáncer en la matriz. Volví al Templo de los Milagros para buscarlo y Él no me rechazó. Esta vez, le di mi vida sin reservas, con sinceridad y eso trajo resultados que no esperaba.

Al hacerme nuevos estudios, resultó que tanto el cáncer como la esquizofrenia habían desaparecido. Luego, el Señor sanó mi alma y mi corazón: perdoné a mi esposo y ahora mi matrimonio es una maravilla. Los problemas de dinero se solucionaron, pues tengo un trabajo excelente. De los tormentos espirituales y la depresión no queda rastro. ¡Tengo vida nueva!» -Clementina Haro