Mantienen la relación… ¿viviendo separados?

Nadie se casa con la idea de divorciarse. Incluso, nadie se imaginaría que tras un noviazgo que aparentemente iba bien, pese a las diferencias, meses o quizá años después de contraer nupcias, acabaría. Hoy en día, el «felices por siempre», «hasta que la muerte los separe», «en lo próspero y en lo adverso» es intercambiado por el «necesito mi espacio», «ya no puedo más», etcétera.

No obstante, actualmente, hay parejas que han optado por una nueva forma de relacionarse para no llegar al divorcio y sobrellevar las crisis que surgen en el matrimonio. Se llama Living Apart Together (LAT) que, de forma traducida, significa «Viviendo juntos, pero separados», esto consiste en continuar con la relación, pero sin compartir el techo.

En México aún no se cuenta con cifras oficiales, pero ya hay casos de personas mayores de edad que se encuentran en una relación bajo estas condiciones. Pero ¿realmente esto es la solución? De acuerdo con Renato y Cristiane Cardoso, consejeros matrimoniales, lo importante es buscar la forma de entender cuáles son los motivos que les llevan a pasar por esos problemas y resolverlos.

«Escucha más de lo que hablas, no saques conclusiones precipitadas, pide un feedback a tu compañero(a) y di solo lo que tengas que decir», explica Renato. Uno de los grandes desafíos de las parejas es mantener un diálogo eficaz. La ausencia de pláticas y la mala interpretación de lo que el otro dice hace que el matrimonio entre en crisis y las personas decidan separarse.

«Iba de fracaso en fracaso en el amor»

«Llegué a creer que debía de pagarles con la misma moneda a los hombres»

«Pasé por varios fracasos amorosos a lo largo de mi vida. Mis relaciones no pasaban de dos o tres meses y, cuando pensaba que sería algo duradero, me traicionaban. Iba de fracaso en fracaso. No lograba establecer una relación estable.

Anhelaba casarme, pero lo veía como algo lejano. Llegué a creer que debía pagarles con la misma moneda a los hombres. Sin embargo, este pensamiento salió de mi cabeza una vez que, en el Templo de los Milagros, comencé a participar en la Terapia del Amor. De hecho, en esa reunión conocí al que ahora es mi esposo.

Pero, antes de iniciar una relación con él, aprendí a perdonarme y a perdonar a quienes me hicieron daño. De esa forma, mi interior sanó. Ahora, después de un proceso, estoy felizmente casada con un hombre que me ama y me respeta, y somos padres de una linda niña.

Solo Dios, por medio de su Palabra, me dio la oportunidad de recomenzar en el aspecto amoroso. Quien lo desee, le recomiendo participar en la Terapia del Amor.» – María E. Rosales