Maletas listas
Se cuenta una historia que, en cierta ocasión, un pastor fue a visitar a un miembro muy fiel de su iglesia que estaba en su lecho de muerte. Al preguntar cómo se encontraba ese hombre, la respuesta fue sorprendente.
«Estoy muy bien, pastor. La casa en la que vivo se está derrumbando cada día, pero no se preocupe, porque ya tengo las maletas listas para mudarme a un gran edificio, una casa no hecha por manos humanas, sino eterna en los cielos» (lea 2 Corintios 5:1).
Pues bien, aquí en este mundo, todos vivimos provisionalmente en esta tienda llamada cuerpo. Pero eso será por un breve tiempo. Pronto, nuestra tienda será desmontada para recibir el nuevo cuerpo que nos fue prometido para habitar eternamente con nuestro Dios.
Este cuerpo de hoy es simplemente una casa que alberga un alma.
Estemos también, día a día, con las maletas listas.
Por Núbia Siqueira
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