«Los juegos de azar solo me dejaron deudas y un negocio arruinado» 

«Mi esposa y yo íbamos creciendo, pero todo dio un giro cuando me involucré con personas que me presentaron los juegos de azar. Lo que creí que sería una distracción terminó convirtiéndose en un asunto serio que me generó problemas con mi esposa e hijos. Lo peor era que no me importaba, sabía que estaba actuando mal, pero no lo entendía. De hecho, me enfermé severamente de una úlcera varicosa y aun así no dejaba ese vicio. 

La adicción me dejó sin dinero porque descuidé mi negocio y los pagos a los proveedores. A la par de que decaía económicamente, me endrogaba más y más. Llegó un momento en el que los proveedores le decían a mi esposa que pagáramos, sin embargo, ella tenía que mentirles, y yo no daba la cara.  

Ante tanto problema, mi esposa estaba cabizbaja y con depresión. Al ver nuestro sufrimiento, mi cuñada la invitó a la Universal. También fui invitado, pero me negaba. A pesar de que todo estaba mal e incluso tenía pensamientos de suicidio, decía: “¿Para qué voy?”. Sin embargo, un día terminé yendo, pues no perdía nada. 

Esa vez me senté en la última banca, sin embargo, todo lo que estaban diciendo en ese momento describió mi vida, la Palabra de Dios hizo que me cayera el veinte. Seguí yendo a los encuentros, y en cada ocasión tenía la seguridad de que era el lugar correcto y decidí hacer una alianza con Dios. 

Por mi fe, las cosas fueron cambiando, no fue de la noche a la mañana, pero todo empezó en mí echándole ganas a mi relación con Dios. Me alejé de los juegos de azar y me deshice de todo lo que me conectaba a ellos. 

Un día, recibí el Espíritu de Dios en mi vida. Eso transformó todo. De ahí en adelante, así los días fueran buenos o malos, para mí empezaron a ser buenos porque Él nunca me dejó caer. 

Su bendición fue alcanzando otros aspectos. Económicamente, el negocio tiene buenas ventas, lo cual nos permitió adquirir vehículos 0 kilómetros. Mi familia y mi matrimonio también se reconstituyeron. Aunque había caído muy profundo, Dios me rescató. Conocerlo es mi mayor conquista.» -José Antonio Vergara 

Alianza con Dios

Si deseas darle un nuevo sentido a tu carrera, la mejor opción es hacer una alianza con el Señor. Para ello, te invitamos a participar cada lunes en la reunión de Prosperidad con Dios, que se lleva a cabo en todas las Universal del país (consulta los horarios).

No te pierdas estos encuentros, pues cada lunes se estará revelando un secreto que, puesto en práctica con fe, puede abrirte el camino hacia el éxito.