¿La tecnología es una amenaza para el futuro de la humanidad?

Cada vez más robots, inteligencia artificial y otras tecnologías están ocupando el espacio de los humanos en la sociedad. Sería ingenuo pensar que esto no traerá cambios sociales.

Durante un juego de fútbol americano, entre dos equipos de Los Ángeles, Estados Unidos, robots impulsados por inteligencia artificial se «infiltraron» entre los aficionados en el estadio. Este evento formó parte de una campaña de marketing para promocionar una película de ciencia ficción.

Este suceso causó una huelga de actores y guionistas del mundo del cine, por la preocupación de ser reemplazados por la inteligencia artificial, ocasionando un cambio radical en el ámbito laboral.

Ingreso básico universal:

Ahora, la información anterior (personas siendo reemplazadas por tecnología) hace que sea aún más extraño que creadores de chats de inteligencia artificial crean en ingresos básicos de ciudadanía y también en la creación de una red financiera y de identificación biométrica. Como dicen por ahí: «crea el problema y presenta la solución» (es decir, la inteligencia artificial se convierte en un problema para el ciudadano común y surge un brazo financiero para resolver la situación). Es, como mínimo, extraño. Las verdaderas intenciones aún no están claras.

Entrelíneas:

El mundo está experimentando verdaderas transformaciones desde la pandemia de la COVID-19. Sin embargo, la Biblia dejó claro que el fin de los tiempos estaría marcado por señales. En la actualidad, numerosas noticias apuntan a una advertencia de Dios. Por ejemplo: un nuevo sistema financiero mundial, una gran hambruna que causará muchas muertes y un escenario de guerra y violencia como la humanidad nunca ha visto.

La palabra «apocalipsis» significa «revelación». El libro de Apocalipsis saca a la luz las cosas que deben suceder pronto, incluyendo los eventos al final de los tiempos, la liberación de los salvos, el juicio de aquellos que rechazaron la salvación y el destino final de todos los seres físicos y espirituales.

Días sin luz

El mundo ha estado experimentando días cada vez más oscuros. Por un lado, los expertos señalan el riesgo inminente de una guerra nuclear, con conflictos en aumento y naciones fortaleciendo su arsenal de armas. Por otro lado, fenómenos naturales intensos han cobrado la vida de miles de personas. Este año ya se considera el más cálido de la historia del planeta y el cambio climático ha causado numerosos trastornos. Las fuertes lluvias, ciclones y huracanes también están devastando el mundo, provocando inundaciones y destruyendo ciudades. Sin mencionar los terremotos en todo el planeta.

En este escenario, es evidente que el ser humano nunca ha estado tan vulnerable como en la actualidad, ya que cualquier cosa puede suceder en cualquier momento. Las profecías bíblicas se están cumpliendo una tras otra, llamando la atención sobre la cercanía del Fin de los Tiempos y el regreso del Señor Jesús: «Pero en cuanto al día y la hora, nadie sabe nada, ni siquiera los ángeles en el cielo, sino solo mi Padre. Y así como sucedió en los días de Noé, así también será la venida del Hijo del hombre» (Mateo 24:36-37).

En el libro La Tierra se Incendiará, el obispo Renato Cardoso, al hablar sobre cómo terminará el mundo y la búsqueda de los científicos de otro planeta habitable, afirma: «Sí, esta Tierra será consumida por el fuego, y el ser humano necesita encontrar otro lugar para vivir. Pero ese lugar no es Marte, sino el nuevo Cielo y la nueva Tierra, la Salvación eterna reservada para aquellos que creen en el Señor Jesús y viven en obediencia a Sus Palabras».

Cuestión de urgencia

Dado este escenario y todas las señales que indican claramente la proximidad del fin, buscar la Salvación es más que urgente. Es cierto que muchos ni siquiera han oído hablar del Señor Jesús, pero ¿cuántos son aquellos que ya lo conocieron, tuvieron una experiencia con el Creador, pero en algún momento de su camino permitieron que las circunstancias hablaran más alto y se alejaron de Él?

Chismes, malentendidos, malicia, miradas envidiosas y desánimo son algunas de las justificaciones utilizadas por aquellos que en algún momento le dieron la espalda al Altar y decidieron vivir sus propias vidas. Y ante esto, Dios pregunta: «(…) ¿qué maldad hallaron vuestros padres en mí para que se alejaran de Mí, y se fueron tras lo vano y se hicieron vanos?» (Jeremías 2:5). Es decir, si dentro de la iglesia el enfoque estaba en Dios y no en las personas que lo rodeaban, ¿qué error cometió Él para ser dejado de lado?

Muchos también se dejaron llevar por el corazón y comenzaron a cometer errores como el adulterio, la prostitución, la mentira y el orgullo, y ahora se encuentran caídos. Sin embargo, incluso entregados a los deseos de la carne, el espíritu todavía recuerda cuando Dios ocupaba el primer lugar y la paz que esto les traía. De hecho, aquel que alguna vez tuvo una experiencia con el Creador sabe lo que significa ser hijo del Todopoderoso y, por más que lo intenten, no encajan en el mundo, como está escrito: «Amados, yo los exhorto como a extranjeros y peregrinos en esta tierra, que se aparten de los deseos pecaminosos que combaten contra el alma» (1 Pedro 2:11 – NTLH). ¿Puede la satisfacción temporal del mundo compararse con el valor de tu alma?

Listo para regresar

Independientemente del error, para poner fin a todas las razones que alejan al ser humano de Dios, solo hay una salida: la decisión. «Dios sigue esperando pacientemente que tome una decisión», dijo el Obispo Edir Macedo. Y para ello se necesita sinceridad: «En Su infinita misericordia, Dios espera que se convierta. Puede arrepentirse, reconocer ante el Todopoderoso que ha caído y que la culpa es suya, sin culpar a otros por su caída. Debe admitir que ha caído debido a su pecado».

Reconocer el error no es una tarea fácil y requiere la disposición de mirarse a uno mismo e identificar las grietas y las fallas. En este proceso pueden surgir acusaciones, ya que satanás no está satisfecho cuando hay una verdadera entrega a Dios. Pero recuerda: «la sangre del Señor Jesús puede lavar todo pecado. Puede limpiarse y hacer de usted una nueva criatura, pero usted debes tomar la decisión. Quien elija el bien conscientemente cosechará los frutos de esa elección, y quien elija el mal cosechará los frutos del mal. Depende de cada uno de nosotros hacer la elección».

Es importante destacar que otro factor que ha sido una gran barrera entre Dios y los «hijos pródigos» son los sentimientos como la vergüenza de enfrentar a las personas, el miedo al juicio o el orgullo de no querer admitir que estuvieron equivocados, a pesar de tantas advertencias. Pero debes recordar lo que realmente está en juego: tu Salvación. Para aquellos que entienden que sus almas están en peligro, ninguna opinión puede interferir en su regreso. Como en la parábola del hijo pródigo (lee Lucas 15:11-32), «cualquier paso que des hacia Dios, Él correrá hacia ti», concluyó el obispo.

También hay quienes se condenan a sí mismos, creyendo que no serán aceptados de nuevo. Pero el Altísimo ha enseñado, en varias ocasiones, que Su misericordia es infinita. La prueba de ello es que el Señor Jesús, al resucitar, envió el mensaje «a Sus discípulos, y a Pedro» de que había regresado (Marcos 16:7). Este énfasis en Pedro se debió a que el discípulo se sentía culpable por negar a Jesús momentos antes de Su crucifixión. Sin embargo, Jesús lo quería de vuelta.

De la misma manera, Él espera el regreso de quienes alguna vez lo negaron. Por lo tanto, si estás alejado de Él, vuelve a Sus brazos, abandona los malos caminos y comienza de nuevo en Su presencia, sin mirar hacia atrás. Pero no dejes para mañana, porque podría ser demasiado tarde.

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