Fotógrafo muere de frío en calle transitada por falta de ayuda

El caso ocurrió en las calles de París, y deja una alerta sobre el fin de los tiempos

¿Qué harías si vieras a alguien desvanecido en la calle? El pasado 19 de enero, el fotógrafo suizo René Robert, de 84 años, falleció en París, Francia. Pero lo que más sorprendió fue la causa de su muerte.

Él se desmayó, cayó al suelo y, por permanecer así durante 9 horas sin recibir ninguna ayuda, acabó muriendo de hipotermia. Solo después de ese lapso llegaron los bomberos al lugar y lo encontraron sin vida.

Según el diario El País, la calle donde el fotógrafo se desmayó y cayó es muy transitada, pero nadie lo ayudó.

«Al menos que se aprenda alguna cosa con esta muerte. Cuando una persona está tirada en el suelo, aunque tengamos prisa, le ayudaremos. Nos detenemos», dijo Michel Mompontet, fotógrafo y amigo de René, quien asegura que la causa de la muerte de su amigo se debió a la «indiferencia» de las personas.

El amor enfriándose

El caso del fotógrafo se asemeja a la parábola del buen samaritano descrita en la Biblia, por el Señor Jesús (lee en Lucas 10:30-37). Donde un hombre fue asaltado, golpeado y dejado casi muerto en la calle. Y por el camino pasaban varias personas, entre ellos sacerdotes y levitas. Es decir, personas que se supuestamente deberían hacer el bien.

Sin embargo, ninguno de ellos prestó ayuda al hombre, solo un samaritano, quien en esa época era considerado enemigo de los judíos. Pero la historia entre los dos pueblos no impidió que el samaritano ayudara a quien lo estaba necesitando.

Medita en: ¿El pasado le condena?

No obstante, esta situación es común en los días actuales, ya que cada vez más el ser humano se preocupa únicamente por su propia vida. Dejando de lado cualquier compasión y cuidado por los demás. Y esto es también una señal significativa del fin de los tiempos, como dice la Palabra de Dios:

«Y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará» (Mateo 24:12).

Una alerta

Por otro lado, lo que Dios espera de quienes creen en Él es que permanezcan misericordiosos y llenos de compasión por el prójimo. Independientemente de su origen, credo religioso o necesidad física.

Y cuando eso deja de suceder y de ser algo natural e intrínseco en quien conoce a Dios, algo anda mal. Desafortunadamente, muchos cristianos han perdido ese amor por ayudar a las personas. Muchos se han vuelto egoístas e indiferentes al dolor del otro. Olvidan que cuando el dolor del otro ya no les toca, algo anda mal en su comunión con Dios.

Por eso, además de cuidar de su propia alma y de sus necesidades, es necesario que todo siervo de Dios ayude también a un alma herida a su lado. Dios espera esto de todos los que dicen creer en Él. Pero Él no puede contar con la persona si esta no se pone a disposición y es sensible a las necesidades del prójimo.

En la Universal existen varios grupos destinados a ayudar al prójimo y que diariamente van en busca de los que sufren. Son personas que están en las cárceles, en las calles, en los hospitales, en los asilos. En tantos lugares, esperando una palabra de fe y de amor. Por eso, busca la Universal cercana a ti e infórmate de cómo participar en un grupo de evangelización.

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