¿Es el fin del mundo? Cuidado, que nadie os engañe…

El fin del mundo ya está determinado. Nadie puede cambiarlo ni impedir su fin, pero antes, Jesús vendrá a buscar Su Iglesia, a buscar a Su pueblo, a buscar a aquellos que creyeron en Él, pagaron el precio y renunciaron a su propia voluntad para hacer la Voluntad de Dios.

Por eso, Jesús advirtió: «Tengan cuidado de que nadie los engañe.» (Mateo 24:4), y solo el Espíritu Santo puede revelar quiénes son los engañadores y quiénes son los verdaderos. Solo Él puede hacernos estar alerta para que no nos dejemos engañar por los falsos profetas. «Porque muchos vendrán en Mi nombre, diciendo: “Yo soy el Cristo”, y engañarán a muchos. Ustedes van a oír de guerras y rumores de guerras. ¡Cuidado! No se alarmen, porque es necesario que todo esto suceda; pero todavía no es el fin.» (Mateo 24:5-6).

El espíritu engañador es el peor de los espíritus porque se hace pasar por algo que no es. Son los hipócritas religiosos. En el Evangelio de Mateo, capítulo 23, Jesús condena enérgicamente a los hipócritas, que eran los líderes religiosos de la época. Y el mundo, en la actualidad, es como una olla a presión a punto de explotar. Pero aquellos que son de Dios, que tienen el Espíritu Santo, no se asustan al escuchar sobre la guerra, porque ya saben que esto va a suceder. Pero solo guardan, reservan y mantienen su fe viva y activa de acuerdo con la Palabra de Dios.

Ante esta información, ¿qué harás? O eres de Dios y mantienes tu fe o no te importa y continúas viviendo tu vida y satisfaciendo tu carne. Quien no tiene fe está en la duda, y es el diablo quien genera dudas, miedo, pánico y terror.

Entonces, evalúa tu vida, tu fe, tu comportamiento, tus gustos, tus inclinaciones y, en caso de que estés inclinado hacia el mal, cambia de dirección hacia lo que es justo, limpio e íntegro. Esto es una decisión. Quien desee la justicia debe buscarla con todo rigor, con toda su fuerza y ajustarse a ella, que es la Palabra de Dios. Este es el que será salvo, porque el Espíritu Santo conoce a aquellos que realmente buscan la Verdad. Los demás, lamentablemente, pasarán la eternidad en el infierno.

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