¿En quién escoge habitar Dios?
«Aterrados están los pecadores en Sión, el temblor se ha apoderado de los impíos. ¿Quién de nosotros habitará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará con las llamas eternas? El que anda en justicia y habla con sinceridad, el que rehúsa la ganancia injusta, y se sacude las manos para que no retengan soborno; el que se tapa los oídos para no oír del derramamiento de sangre, y cierra los ojos para no ver el mal.» (Isaías 33.14-15).
Para que Dios pueda habitar en su vida, usted necesita ser justo, hablar con rectitud, negarse a hacer el mal, rechazar el chantaje hecho a través de regalos o sobornos, taparse los oídos y cerrar los ojos para la maldad de este mundo. El justo vive para agradar a su Señor en primer lugar, por eso, él tiene la presencia de Dios en su interior.
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