Amenaza oculta: adultos disfrazados de niños en las redes sociales

Hoy en día es común ver a los niños con sus tablets en manos. Algunos las utilizan para ver dibujos animados, tener acceso a videojuegos o acceder a las redes sociales. Muchos consideran que es inofensivo, ya que estas plataformas ofrecen contenido para niños. Pero desafortunadamente, ahí es donde reside el peligro.

La red de videos en línea para el público infantil ha crecido de forma sorprendente y ha albergado a influencers que se disfrazan de niños para manipular a los más pequeños, pero no con buenas intenciones. Muchos perfiles tienen interacciones extremadamente inapropiadas, donde adultos disfrazados de niños les enseñan, por ejemplo, a comer fruta de manera maliciosa. Otros contenidos y perfiles que se autodenominan «para niños» difunden la sexualización precoz e incluso la pornografía, y trivializan la violencia física, la violencia verbal, la muerte y el respeto a la vida.

¿Qué deben saber los adultos sobre esto? Detrás de estos videos hay estrategias y, sin duda, una de ellas es obtener audiencia para que la publicación sea compartida entre este público. Es como si todo estuviera dirigido a los niños, los colores del influencer, siempre coloridos, son los que atraen y llaman la atención. El problema es que el lenguaje verbal y visual confunde, como si el contenido fuera adecuado para menores de edad, y no lo es. Los productores son seducidos por las métricas y no tienen ningún filtro que cumpla con la clasificación de edad de la infancia.

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Especialistas señalan que el contenido no solo influye, sino que también puede afectar la imaginación simbólica de los niños, poniéndolos en riesgo o en situaciones de vulnerabilidad. Sin mencionar que cada palabra lleva un contenido valorativo y los padres deben saber, seguir y determinar si las narrativas van a favor o en contra de sus valores y creencias. En medio del colorido, ¿qué es lo que realmente el autor dice, comunica y defiende?

El acceso a las redes sociales aumenta cada año y, desafortunadamente, los niños han ingresado a ellas antes de lo que deberían, incluso antes de lo recomendado por las propias plataformas. Esto es común porque tenemos una generación de madres y padres que también carecen de conocimiento. Muchos padres buscan «negociar» todo con sus hijos, pero no deben confundir el diálogo abierto con la gestión democrática en la educación, después de todo, son menores de edad e inmaduros».

Permitir que los niños accedan a estos perfiles abre espacio para que las publicaciones influyan y modelen su comportamiento, incluso fomentando el acoso escolar, lo que puede llevar a problemas de salud mental e incluso al suicidio. No es raro ver «desafíos» en las redes que pueden ser mortales.

Los niños necesitan volver a ser niños, jugar con deportes, carreras, bicicletas, juegos, desafíos lógicos, etc. Necesitan tener experiencias relacionadas con hacer, pensar y resolver problemas; necesitan ser productores y no consumidores pasivos. Para que esto suceda, es esencial ir en contra de lo que impone internet.

¿Y quiénes pueden hacerlo? ¡Los padres y los responsables! Especialistas sugieren hacer una lista de actividades y orientar a los hijos sobre el uso correcto, saludable y consciente del internet, y no negociar. Los hijos son vulnerables y los padres deben cuidar lo que ven. Y eso no significa simplemente instalar una aplicación de control parental pensando que es suficiente.

El niño necesita atención, firmeza y límites saludables. Estén al lado de sus hijos en su desarrollo, jugando, conversando, viviendo. Los hijos necesitan padres y los padres necesitan hijos.

Es posible vivir en una familia feliz, donde exista un genuino interés en que todos los miembros estén unidos, pero para lograrlo es necesario recuperar la convivencia, las conversaciones y el amor.

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