Vea si usted ha sido un flojo
El hombre reclama que ha perdido cada vez más espacio. Su papel de liderazgo parece ser cuestionado muchas veces hoy en día. Y lo peor de todo eso es que la culpa puede ser de él mismo.
Algunos incluso pueden decir que los tiempos cambiaron y que hoy, como la mujer tiene más espacio en el mercado de trabajo, su papel de proveedor de la casa y de protector de la familia está siendo amenazado; otros justificarán que, cuando el hombre y la mujer trabajan para sustentar la casa, ambos pueden y deben dividir los gastos y las cuentas generadas por la familia.
Pero lo que estamos tratando aquí, en realidad, es otra cosa. Vamos a explicar con un ejemplo típico. Existe un “tipo de hombre” que es cada vez más común ver. ¿Quién no escuchó o conoce a alguien que vive a cuestas de la mujer? No es aquel que tiene conciencia de los nuevos tiempos y que, de forma inteligente, se adapta para recuperar el espacio perdido. No. Estamos refiriéndonos a aquel hombre que, literalmente, depende de la esposa para todo, como si, en muchos momentos, ella hasta pareciera ser su madre. Ese hombre no es un personaje de ficción. Muchos ya lo vieron por ahí.
A cuestas de la mujer
Con la excusa de estar desempleado, él nunca más buscó trabajo o alguna forma de desarrollarse o de ocuparse profesionalmente. Él encontró una solución más simple, pero que, de alguna forma declara contra sí mismo: se volvió completamente dependiente de la mujer. Él no da un paso sin consultar a su esposa y no es porque ella sea su compañera y como compañeros deben conversar al máximo para tomar las decisiones en conjunto. No. Ese hombre actúa de esa forma porque desistió totalmente de sus responsabilidades de proveedor de la casa. Y lo peor de todo eso es que parece que eso ni le importa.
Bon vivant
Él no pasa de un nuevo bon vivant. Esa expresión, de origen francés, era usada en el siglo pasado para designar a los hombres que, tradicionalmente, no trabajaban, pero tenían todos los beneficios, mejores tratos y privilegios de una vida de lujo, probablemente porque venían de una familia rica o porque habían recibido una gran herencia, por ejemplo. En el caso que abordamos, el nuevo bon vivant incluso puede no ser miembro de una familia rica, pero se la vive “recargado” en la mujer, que trabaja y toma todas las decisiones del hogar.
De vacaciones
Ese nuevo hombre es un verdadero holgazán. Parece estar siempre de vacaciones y no le preocupa nada. Vive sin dinero (porque no busca un empleo o una ocupación para traerle la renta a la familia) y todas las veces que sale con la mujer ella es quien tiene que cargar con los gastos.
Él siempre dice que su condición es temporal y que eso solo va a durar hasta que empiece a trabajar. El tiempo pasa y siempre repite las mismas líneas. Cuando finalmente consigue un trabajo, empieza a reclamar de todo: del bajo salario y del servicio que es demasiado pesado o de los compañeros que son insoportables. Sigue en esa letanía hasta que decide salir del empleo —al final, él merece algo mejor. Mientras tanto, la esposa continua pagando las cuentas.
Sin reclamación
Ya pudo darse cuenta que esa actitud no es la que se espera de un hombre de verdad. Si usted en algún momento logró identificar algunas de esas características en sí mismo, es bueno reflexionar lo más rápido en relación a ellas. Ya es hora de cambiar completamente, pues, además de no asumir sus responsabilidades, usted está contribuyendo al derrocamiento del hombre. Después no sirve reclamar que está perdiendo espacio.
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