¿Vamos a vivir para Dios?
¿Tener orgullo por nuestras obras, nuestra fuerza, nuestra apariencia y nuestro nombre?
Una locura, ¿cierto? Todo eso pasa y ¡demasiado rápido! Y si alguien es realmente, pero realmente extraordinario (del tipo de persona fuera de lo común en inteligencia y logros), podría ser recordado hasta dentro de algunos años.
De lo contrario, basta con unos días para que el recuerdo sea olvidado y el difunto solo sea rememorado por su familia.
Así que aquí todo es vanidad.
El ajetreo de este mundo no es más que trabajo, cansancio y tristeza.
Entonces, ¿vamos a vivir para Dios? ¿Vamos a mostrarle nuestras obras? ¿Vamos a andar con confianza y temor en Su dulce presencia?
¿Por qué tanto estrés y tantos agobios?
La sabiduría es vivir un día a la vez y con humildad.
¡Buena semana a todos!
Por Núbia Siqueira
Para meditar en más mensajes, haz clic aquí.
comentarios