¿Usted quiere una vida tranquila? Entonces, NECESITA aprender esto

El obispo Renato Cardoso tiene un mensaje para usted

Usted está pasando por una tempestad de problemas. Se encuentra en el ojo del huracán y ni siquiera logra ver una salida para tanto caos. No sabe por dónde comenzar a arreglar su vida y obtener una vida tranquila. El obispo Renato Cardoso tiene un mensaje para usted:

“Si usted se encuentra decaído, preocupado, pensando en lo que será de su vida, en lo que sucederá ahora, en esta situación que está sucediendo, en lo que será de usted, en quién le ayudará. Sepa una cosa: el héroe se hace en la guerra”.

Ese fue el recado que el obispo Renato transmitió. De acuerdo con él, estar en medio del desierto sin tener a nadie que le ayude es una maravilla. Pues ahora usted tiene la oportunidad de acercarse a Dios.

Una vida tranquila impide grandes victorias

“Un error muy grande de las personas es orar y querer una vida tranquila”, explicó el obispo. “Si usted tiene una vida tranquila, sin luchas, nunca tendría victorias. Siempre que le pregunto a las personas si ellas quieren grandes victorias, las dos manos se levantan voluntariamente, con una sonrisa en los labios. Entonces, cuando pregunto quién quiere grandes luchas, las manos desaparecen. Solo que no tiene sentido. ¿Cómo tendrá grandes victorias si no tiene grandes luchas? Es imposible”.

El propio obispo cuenta que ya pasó por grandes tribulaciones en su vida. En esas ocasiones, explicó, él le pidió fuerzas a Dios. Los problemas sirvieron para que él se acercara al Señor y confiara más en él.

“Entonces, su gran lucha, su gran desafío, su gran tempestad es una oportunidad”, afirmó el obispo. “Yo sé que ninguno de nosotros orará por un gran problema, una gran lucha. Nadie orará así, es obvio. Pero Dios, en Su infinita sabiduría, usa nuestras luchas, nuestros dolores para despertar la fuerza, el valor. Para hacer los cambios necesarios. Para desarrollar las fuerzas que tenemos dentro de nosotros y que están dormidas, que están adormecidas”.

Por lo tanto, en vez de orar por una vida tranquila, ore para que Dios multiplique sus fuerzas.

Al final, fue para los angustiados que Dios hizo sus mayores promesas. Para los afligidos y sobrecargados.

“No se desanime, no se rinda. Sino que recobre su ánimo, respire profundamente, levante la cabeza, mire hacia Dios, recuerde cada Palabra de Él, clame y siga adelante”, orientó el obispo. “Todo esto es una gran oportunidad. Por lo tanto, fortalézcase. Anímese. No mire hacia atrás. No le dé gusto a sus enemigos, ni al mal, haciendo de eso un gran problema en su vida”.

Si usted necesita ayuda para acercarse a Dios y seguir luchando contra las tormentas, participe hoy mismo en una de las reuniones del Centro de Ayuda Universal, ubique la sede más cercana a usted en el directorio.