Una mujer divorciada explota su vestido de novia para celebrar
La americana Kimberly Santleben-Stiteler, de 41 años, se convirtió en noticia de los periódicos locales tras explotar su vestido de novia en una fiesta en la cual celebraba el fin de su matrimonio. El suceso ocurrió a finales de 2018.
En una entrevista realizada por el Daily Mail, Kimberly quería quitar todos los vestigios de su matrimonio. Para eso, ella, probablemente, vendería la alianza y explotaría el vestido que usó cuando se casó.
Con el fin de cumplir los planes, invitó a alrededor de 40 amigos a una granja, colocó 90 kg de explosivos en el vestido y le disparó con un rifle.
“Jalar el gatillo fue liberador”, afirmó. “Fue el fin de un ciclo para todos nosotros”.
De esa manera, Kimberly cree que el fracaso de su relación no existe más.
Realmente el vestido ya no existe. Pero ¿acaso el matrimonio se extinguió de su vida?
Explotar el vestido de novia no es suficiente
Muchas personas, al terminar sus relaciones, desechan los objetos del ex, rompen fotos e incluso queman ropas. Tal como Kimberly describió, es un ritual de cierre de un ciclo.
No obstante, pocos se preocupan en reflexionar sobre lo que realmente llevó la relación al fracaso. Kimberly afirma que su exmarido era un gran mentiroso. Pero ¿qué hizo para que, tras 14 años, el matrimonio llegara a su fin? Es casi imposible que el término de una relación sea por culpa de una persona. Pero es más fácil huir de la responsabilidad, hacer un ritual de despedida y partir hacia otra relación.
“En los viejos tiempos, un matrimonio fracasado era una vergüenza individual”, explica el libro Matrimonio Blindado: su matrimonio a prueba de divorcio. “Si el matrimonio fracasa, el fracaso es de ustedes”.
Sin embargo, actualmente, las personas huyen de ese sentimiento:
“Es como si el matrimonio fuera una persona con voluntad propia que pudiera ser responsable del éxito o el fracaso de la unión. O como si solamente el otro pudiera garantizar un matrimonio feliz”.
De esa forma, al finalizar una unión, cada persona le echa toda la culpa al ex y busca un “nuevo amor”. Inicia la relación sin aprender de lo que sucedió y cometen los mismos errores, llevando una relación más al fracaso.
Desaprender para aprender
En el libro de Matrimonio Blindado, los autores Renato y Cristiane Cardoso explican que “cuando dos personas se juntan por el matrimonio, la mayor parte de sus problemas provienen de cosas en sus equipajes que conflictúan entre sí”.
Es decir: los trastornos casi siempre surgen a partir de comportamientos y hábitos que cada uno tiene desde hace años. Uno de los hábitos más nocivos es creer que el problema siempre está en el otro, nunca en sí mismo.
Por eso, es tan importante para un divorciado —o cualquiera que terminó una relación amorosa— hacer una autoevaluación sincera antes de iniciar otra relación.
La pareja explica que “conocer al otro profundamente y descubrir su raíces es fundamental para comprender la razón de este o aquel comportamiento. Es más: conocer y entenderse a sí mismo es igualmente esencial, pues esto le ayudará a desarrollar formas de lidiar con sus propias raíces y así resolver las diferencias y conflictos”.
Explotar el vestido de novia puede generar algunos minutos de fama. Pero solamente una reflexión honesta y el cambio de comportamientos pueden generar un matrimonio sólido.
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