Un objetivo, una fe, una llave que abre todas las puertas
Imagínate esta escena: Necesitas entrar a un lugar del cual depende tu vida, pero hay un pequeño problema, la puerta está cerrada y no hay nadie que te pueda abrir.
De pronto, te enteras que aunque existe alguien que te puede dar acceso por medio de una llave que abre todas las puertas, no todos son lo suficientemente pacientes para esperarlo, así que tienes dos opciones: ir a buscar tú mismo la llave o marcharte del lugar sin saber que te espera del otro lado.
Trasladándolo a la vida real, son más los que optan por la segunda opción al encontrarse una puerta cerrada, como un despido injustificado, una falta de oportunidad laboral, de crecimiento o un sueldo bajo, que los que persiguen su sueño y no desisten de él.
Hay dos tipos de personas en el mundo, las que ven todo con miedo y por temor al fracaso esperan que su vida se resuelva por arte de magia y los que, pese al fracaso, se levantan una y otra vez porque entienden que un tropiezo es una nueva oportunidad para hacer las cosas bien, toman los errores como aprendizajes y se asocian a Dios, pues saben que Él tiene la llave del éxito.
Los lunes en el Congreso para el Éxito, descubrirás cómo puedes tomar posesión de una vida desahogada por medio de la fe. Asimismo, recibirás gratuitamente la Llave de la Victoria con la que podrás determinar tu ascenso financiero.
Participa en cualquiera de los cuatro horarios, ¡te esperamos!
¡Los resultados de la Llave de la Victoria van en aumento!
Daniel
“La semana pasada ya había dado testimonio de que el mes pasado no logré llegar a mi meta de ventas. Sin embargo, usando la Llave de la Victoria, en los primeros 5 días del mes de marzo sobrepasé la meta de ventas del mes anterior. Ahora, mi testimonio es que de la semana pasada hasta hoy, las ventas se han duplicado”.
Shannon
“Tenía trabada la comisión de una casa que vendí hace nueve meses. Y desde que inició el propósito de la Llave de la Victoria, lo primero que pedí fue la liberación de esa comisión, la cual me acaban de dar. También iré al Templo de Salomón para que Dios sea mi único y mayor socio porque abriré mi propia empresa”.
Gabriel
“Mi taller mecánico estaba lleno de autos que no podía entregar a sus dueños porque me faltaba presupuesto y refacciones. Pero, tomé la Llave de la Victoria con autoridad y determiné que acabaría ese trabajo. Así fue, gracias a Dios, se abrieron las puertas: tuve las condiciones para repararlos, incluso, hasta los autos más prestigiados y entregarlos a mis clientes”.
José
“Hace 14 años que vengo a la Universal, pero dos años atrás tuve problemas: bloquearon mis cuentas y me metieron a la cárcel. Apenas regresé la semana pasada y usando con fe la Llave de la Victoria, en esta semana, me anunciaron que las cuentas están libres. Además, el viernes me dijeron que liquidarán una deuda que me tenían que pagar desde Europa”.
Sigue leyendo: No naciste para sufrir
comentarios