Terapia del amor: Entregando el agua del pozo
El agua es esencial para la vida: tanto la Tierra como el cuerpo humano se componen mayoritariamente de agua.
En el pasado, el pozo, que era el suministro de agua, garantizaba la vida de la sociedad, por eso, antes de construir una ciudad o levantar una tienda, primero era necesario cavar un pozo.
El pozo, por lo tanto, era la garantía de la sobrevivencia y, por eso, representa al propio Señor Jesús. Él es la fuente de agua viva y aquel que beba de ella jamás tendrá sed.
Al analizar la historia de dos grandes parejas de la Biblia, que son ejemplos de matrimonios felices y duraderos, vemos en ellos algo en común: la presencia del pozo.
Estamos hablando de Moisés y Séfora y de Isaac y Rebeca.
La relación de estas parejas no empezó a desarrollarse por casualidad al lado de un pozo, es decir, el pozo siempre estuvo conectado con la vida amorosa.
Por eso, para los casados, el pozo representa un lugar de transformación; y para los solteros, un punto de encuentro.
Vea que la transformación de la mujer samaritana sucedió justamente cuando ella estaba cerca del pozo. Fue allí donde tuvo un encuentro con el Señor Jesús y allí mismo hubo un cambio de espíritu en su vida.
Lamentablemente, la vida amorosa de muchos ha sido un pozo seco o contaminado. Intentan, inútilmente, saciar la sed de la felicidad en relaciones frustradas e infelices.
Si usted está sediento(a) de felicidad en el amor y desea ser saciado(a), póngalo en su agenda: el próximo 10 de enero, en la Terapia del Amor, estaremos distribuyendo el agua del pozo.
Participe y reciba la suya para que, al igual que estas parejas de la Biblia, pueda lograr la tan soñada realización amorosa.
La Terapia del Amor se lleva a cabo en el Santuario de la Fe, en Av. Revolución núm. 253, col. Tacubaya.
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