T-Ayudo y la Última Piedra unen fuerzas para rescatar indigentes
El pasado 14 de febrero, el Grupo de la Última Piedra y T-Ayudo, unieron esfuerzos para llevar su mano amiga y solidaria a quienes habitan en las calles de la Ciudad de México, en especial visitaron las afueras de la Central Camionera Poniente, en la colonia Observatorio.
Según datos de instituciones oficiales, un alto índice de la población que está en indigencia tiene adicción a los solventes porque son de fácil acceso y bajo costo. Sin embargo, por la situación en la que se encuentra este sector, es difícil tener una estadística exacta.
El objetivo de que estos grupos se unieran fue para invitarlos a dejar las calles y reincorporarse a la sociedad. Además de dar a conocer que existe un Dios dispuesto a recibirlos para darles nueva vida, esto incluye ayudarlos a dejar atrás las adicciones; así podrán ser un referente de Su Poder.
La Universal siempre ha estado y estará comprometida con el cuidado de los grupos vulnerables, por eso trabajan arduamente para ayudar a los indigentes y a aquellos que han tenido la desgracia de caer en el infierno de las adicciones.
Trabajos como este se seguirán haciendo en favor de los más necesitados.
“Puse una pistola en mi sien y jalé el gatillo… ¡quería acabar con mi vida!”
A los 14 años probé por primera vez las drogas, queriendo llenar el vacío que me dejó la separación de mis padres, me hice adicto. Al no tener para comprarla, tuve que vender mis cosas personales… Lo más grave fue cuando robé para solventar el vicio.
Mis ganas de vivir se apagaron y quería suicidarme. Una vez, puse una pistola en mi sien y jalé el gatillo… ¡mi intención era morir! Gracias a Dios el arma no se accionó y, al poco tiempo, tuve la oportunidad de llegar al Propósito de Fe en Contra de los Vicios, donde me liberé de la drogadicción.
Siempre hubo gente dispuesta a escucharme, se preocuparon por mí y me ayudaron. Para ellos no fui un caso perdido. Me enseñaron la Palabra de Dios, tuve fe y la practiqué; cuando menos me di cuenta, ya estaba alejado de los vicios.
Ahora me siento feliz, soy libre de las adicciones, puedo dormir. Dios sanó mi interior y, su Espíritu, se encargó de llenarlo de amor. Soy un hombre de provecho”, Marco Antonio.
¡La cura depende de tu actitud!
Método comprobado
Sin medicamento ׀ Sin internarse ׀ Sin Costo
Domingo 3pm Av. Revolución 253, Colonia Tacubaya
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