¿Siente algún dolor crónico?

¿Cuántos dolores en el cuerpo provienen del alma? Son muy reales, es decir, esos dolores realmente existen. Pueden ser tratados con medicamentos, cirugías y terapias, pero la solución implica otro enfoque.

Los remedios no sanan todo y la ciencia tiene sus límites.

Pero ¿sabía que tratar el alma es una inversión enorme para el cuerpo? Así es. La calidad de vida aumenta de manera maravillosa porque dejamos de proyectar en el cuerpo todo lo que sentimos en el alma y no podemos resolver.

Cuando cuidamos el alma, aprendemos a manejar mejor las frustraciones, las adversidades y lo que no podemos cambiar. El exceso de trabajo, los problemas familiares y financieros, las pérdidas, las angustias y muchos otros males tienden a convertirse en enfermedades o dolores si no cuidamos el alma.

Entonces, si usted tiene un dolor crónico o literalmente todo su cuerpo le duele sin cesar, sugiero buscar en su alma la verdadera causa.

El grito de su cuerpo produciendo dolor puede ser señal de que algo no está bien dentro de usted.

El cuerpo fue creado para tener una armonía perfecta con el alma y el espíritu. Fuimos creados para ser templos de Dios en toda su plenitud y para hacer lo que Jesús haría.

Cuando se pierde ese objetivo, el único camino es rescatar el alma.

Por Núbia Siqueira

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