¿Quiere hacer la Obra de Dios?

Entonces, prepárese para amar a las personas más difíciles y que nadie quiere amar.

También para acoger a los que son despreciados y abrazar a los que nadie ni siquiera quieren tocar.

¿Quiere servir a Dios? Entonces, tenga valentía, porque tendrá que caminar la segunda milla y dar su túnica y su capa todos los días.

Su rostro estará herido por las bofetadas y afrentas. Van a mentir sobre usted e inventarán calumnias para desacreditarle.

Pero, si realmente quiere ser útil en las manos de Dios, tendrá que ignorar todos los dolores, por amor a Él y a Su llamado.

En fin, no es fácil servir al Altísimo. Entonces, no necesitamos hablar sobre esas dificultades, porque el propio Señor Jesús dejó en claro en Su Palabra todo lo que Sus siervos sufrirían. En otras palabras, Él nunca nos engañó.

Y cuando hablamos, no hablamos para desanimar a los elegidos (¡en realidad, solo a los aventureros!). Lo que realmente queremos es alinear las expectativas y animar a los que, posiblemente, están desanimados.

Para finalizar, si usted realmente quiere servir a Dios, ponga las manos en el arado y nunca más lo suelte. Pues, quien comienza y mira hacia atrás, no es apto ni siquiera para entrar al Reino de los Cielos.

«Nadie, que después de poner la mano en el arado mira atrás, es apto para el Reino de Dios.» (Lucas 9:62)

P. d.: Esposas de pastores de Ucrania, un país que vive días de mucha tensión debido al inminente conflicto con Rusia. ¿Ustedes piensan que alguien quiere desistir, acobardarse y regresar a casa?

«Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio» (2 Timoteo 1:7).

Por Núbia Siqueira

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