Que tu confianza descanse sobre Él

¿Qué te preocupa últimamente? Quizá sea tu familia, tu economía que se está yendo a pique o que no encuentres alguien con quien ser feliz. El punto es que cada vez te cansas más al no obtener lo que quieres y deseas que esta situación termine pronto.

Curiosamente, uno de los escenarios que más le genera estrés al ser humano es no recibir lo que espera. Hay casos, incluso, donde la persona se busca enfermedades que no tenía por el grado de ansiedad tan alto que presenta.

Dios sabe las aflicciones de su pueblo y lo mucho que se frustra al no lograr nada, por eso dice en su Palabra: “Bendito sea el SEÑOR, que ha dado reposo a su pueblo Israel, conforme a todo lo que prometió; ninguna palabra ha fallado de toda su buena promesa que hizo por medio de su siervo Moisés” (1 Reyes 8:56).

Si tu vida está bajo Su voluntad, ¿por qué no esperas confiadamente mientras actúas por la fe? Si haces lo que te toca, ten por seguro que Él hará su parte, no te defraudará y vivirás tranquilo.

“Contraje el virus del papiloma humano”

Carmen Roa

“Por los problemas que había en mi casa debido al alcoholismo de mi padre, me llevaron a vivir en depresión desde que era niña. Pasé cosas inimaginables, como un intento de abuso sexual que solo empeoraban mi carácter que de por si era malo. Era insegura, tímida, rebelde, agresiva, neurótica y guardaba una gran amargura y rencor hacia mi mamá.

Al buscar una salida, caí en las garras del alcohol y del cigarro, pero en lugar de ayudarme me daba sueño excesivo por el día e insomnio por la noche, una pésima combinación tomando en cuenta mi forma de ser.

Pensaba que no podía estar peor y me equivoqué, contraje una enfermedad que para la ciencia la cura es imposible: el virus del papiloma humano.

Intentando hallarle una solución a todo, me casé con un hombre que me amenazaba de muerte, me golpeaba e hizo de mi existencia un infierno.

¡Qué mal estaba en ese tiempo! Caí en el fondo del pozo y fue justo ahí donde Dios me encontró para darme esperanza de cambiar mi rumbo.

Tardé mucho en venir a la Universal, pero fue la mejor elección que pude haber hecho. Con la ayuda de la fe, salí de la depresión, me llené de paz y todo lo vivido quedó atrás. Recuperé mi autoestima, salí del vicio y fui sanada del papiloma humano.

Hoy mi vida es una bendición. Mi señor me escribió una nueva historia”.

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