¿Qué pasa con los hijos de los adictos?
México se ha convertido en el tercer productor de droga en el mundo y así como la producción y exportación aumentan, el número de consumidores se ha disparado en todo el país.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas 2016-2017, el consumo aumentó 47 por ciento, pero así como el número aumenta, también crece la cifra de niños afectados por sus padres consumidores.
Según la Red por los Derechos Infancia en México, en 2006 se registró que 30 mil niños quedaron huérfanos a causa del narcotráfico, pero se estima que esta cifra es mayor. Y en el caso de hijos de padres adictos la experiencia es la siguiente:
- Sin importar el tipo de droga que los padres consuman (desde alcohol hasta opiáceos), el mundo del niño se desmorona.
- Ausencia parental: los padres no se preocupan cada mañana por las necesidades de sus hijos, sino en si tienen lo suficiente para ingerir drogas.
- Se traiciona la confianza del niño. Sobre todo si el padre o la madre termina en la cárcel.
- Abusos, golpes, maltrato. El niño suele ser el blanco de la ira de los padres.
- Al crecer con el trauma, los niños tienen mayores probabilidades de seguir el mismo camino con tal de tratar de “sanar” el dolor interno.
Algunos creen que no es posible salir del mundo de las drogas y volver a iniciar una nueva vida con su familia. ¡Pero sí lo es! Descubre cómo en el Tratamiento en Contra de los Vicios.
Esta reunión se lleva a cabo todos los domingos a las 3 p. m. El servicio es gratuito y la entrada es libre.
Ellos vencieron a las drogas
Reynaldo
“Tenía 18 años cuando empecé a tomar con las pandillas, después comencé a fumar marihuana. Pero entre nosotros siempre había agresiones, al grado de enfrentarnos con armas blancas y de fuego, incluso tengo la cicatriz de un balazo en el dedo.
Intenté dejar las drogas, pero dejaba el vicio durante una semana y después recaía. Lo peor fue cuando le fui infiel a mi esposa. En ese punto fue cuando conocí el Tratamiento.
Luego de luchar y permanecer firme, ahora no tengo ningún vicio. Mi esposa y yo seguimos luchando por nuestro matrimonio. Doy gracias a Dios porque estoy totalmente curado y vivo para contar mi experiencia”.
Diego Torres
“Los vicios han sido erradicados de mi vida. Gracias a Dios, estoy curado, pero el camino que atravesé no fue fácil.
Empecé a tomar por una ruptura sentimental. Después vinieron la marihuana, cocaína, tachas y los inhalantes. Como no tenía trabajo para pagar todo eso, subía a los micros para pedir dinero.
Al enterarse, mis padres me dijeron decepcionados qué ejemplo le daba a mi hermano menor. A pesar de aquellas palabras no entendí.
Pero conocí el Tratamiento cuando alguien me invitó, de hecho, yo venía de una fiesta, estaba alcoholizado. Pero valió la pena participar”.
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