¿Por qué usted no logra controlarse?

Usted no se da cuenta de que toma actitudes basadas en la emoción cuando deja que su ira tenga el control de sus emociones.

Muchos niños son enseñados tempranamente a demostrar agresividad. Para ellos, las dificultades se resuelven a base de peleas y gritos. El problema es que, cuando crecen, ellos terminan creyendo que la masculinidad es sinónimo de hostilidad y violencia. Para probar que son hombres, ellos encuentran cualquier motivo para exhibir fuerza y poder.

Los hombres que no controlan sus impulsos agresivos siempre están a punto de explotar. Si ocurre un accidente de tránsito, el hombre agresivo no tiene duda de que la solución es insultar y amenazar. Si el hijo va mal en la escuela, él prefiere golpearlo que conversar. Si la esposa dice algo que le desagrada, él grita y da órdenes. Si el problema es en el trabajo, golpea la mesa y tiene mala cara.

Emociones a flor de piel

La ira es la fiel escudera del hombre violento. Ella siempre está al acecho, listo para eliminar la racionalidad y hacer que la sangre hierva. Los hombres explosivos actúan por las emociones. Es como si ellos no lograran ver ni oír nada más. Ellos tienen dificultad para mantener la calma y encontrar soluciones. En resumen: falta razón y sobra irritabilidad. ¿Pero quién logra vivir así?

Problemas

La agresividad puede traer muchos problemas para la cotidianidad de un hombre. En primer lugar, la actitud demuestra inseguridad. Los hombres que no logran controlar la ira pueden ser vistos como inestables y peligrosos.

Al final, nadie sabe cuándo explotará la bomba. El comportamiento de ira incluso puede perjudicar el desarrollo profesional, pues los miembros de los equipos tienden a apartarse de una persona incapaz de usar la razón. En casos extremos, los hombres agresivos incluso terminan cometiendo crímenes.

Libre albedrío

Los hombres que desean superar el comportamiento explosivo deben buscar el equilibrio, explica el obispo Renato Cardoso, responsable del Proyecto IntelliMen. Según él, el secreto es aprender a decir sí o no cuando es necesario. “Ser asertivo es tener confianza en sí mismo y conciencia del valor propio, con equilibrio y responsabilidad. Y eso es una cualidad poco común en las personas. Es poco común porque deriva de creencias sanas, equilibradas y justas”, escribió en su blog.

No obstante, muchos hombres aún usan la excusa de que no logran controlarse. En esos casos, cabe recordar que cada ser humano tiene la capacidad de decidir lo que quiere. Es decir, la elección es suya. Dios nos dio libre albedrío, tal como está descrito en varios fragmentos de la Biblia.

Luego, el ser humano tiene el control de la propia vida por medio de sus elecciones y acciones. Así, la agresividad también puede ser vencida. Para eso, una buena dosis de fe, esfuerzo y ganas de cambiar son suficientes. Si usted quiere ser un hombre inteligente, use su fe de forma inteligente. Obedezca la Palabra de Dios y abandone de una vez por todas las emociones antes de que ellas lo lleven a un camino sin regreso.