¿Por qué Dios atiende a unos y a otros no?
Esta duda fue aclarada por el obispo Edir Macedo, durante una reunión ministrada en Florida
¿Por qué Dios atiende a unas personas, pero no atiende a muchas otras? Esa fue la duda aclarada por el obispo Edir Macedo en una reunión ministrada el pasado 17 de marzo. El encuentro se realizó en Florida, Estados Unidos, y fue transmitido para el mundo entero en Facebook.
De acuerdo con el obispo, Dios adopta un criterio muy importante al elegir a quién debe ayudar: la fe.
“Dios no va aceptar el 99%. Es 100% si usted quiere una vida de calidad, si quiere vivir por la fe y agradar a Dios. Y el Señor satisface los deseos del corazón de quien agrada a Dios. Él hará infinitamente más en su vida de lo que usted imagina”, explicaba el obispo.
Según este razonamiento, él resaltó el siguiente pasaje bíblico:
“Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que Le buscan” (Hebreos 11:6).
Es decir, para que Dios agracie a una persona, necesita creer que Él existe. No hay espacio para la duda, por pequeña que sea. Si hay una pizquita de duda, la fe es anulada.
La duda que neutraliza la fe
“Teóricamente, todos tienen fe. El problema es el tipo de fe que cada uno le ha presentado a Dios”, aclara el obispo Edir Macedo. “Uno de los grandes secretos de la fe es que usted deje de dudar. La fe es lo opuesto de la duda. La fe es el poder de Dios que viene sobre nosotros. La duda es la fuerza del diablo que viene sobre todos”.
De esa manera, cada uno tiene el poder de elegir si se entregará al poder de Dios o al diablo. Y, de acuerdo con esa elección, Dios podrá atender o no las necesidades de aquella persona.
“Usted tiene que hacer la elección, decidir lo que va a hacer. Si cree en Dios, no puede estar dudando. Tiene que eliminar esa duda”, orientó el obispo Edir Macedo.
De hecho, conforme a lo que enseña la Palabra de Dios, la fe neutraliza la duda. De la misma manera que la duda neutraliza la fe. No hay coexistencia.
El obispo concluyó explicando que “cuando usted presenta la fe práctica —no la fe vulgar y teórica— el Señor Jesús lo absuelve. Él es el Abogado, Hijo del Juez. ¿Usted aún cree que Él perderá su causa? No. Él le defenderá con Su Propia sangre”.
Por lo tanto, si no sabe por qué Dios atiende a otras personas y no le atiende, recapacite cómo usted le ha presentado su fe a Él.
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