“Por la miseria, llegué a comer de la basura”
Catalina Segundo llega con una sonrisa. Viene a contar como salió de la tristeza en la que vivió por 41 años.
“Todo comenzó en mi niñez. En mi casa, no había amor, solo golpes, miseria y vicios. De hecho, mi madre nos abandonó por los maltratos excesivos de mi padre. Además, un abuso sexual que sufrí en la infancia marcó mi adolescencia y aunque me casé joven, mi inexperiencia en el amor hizo que mi matrimonio fracasara”, cuenta.
Tenía tres hijos y nada que comer. Su matrimonio no iba bien pues se agarraba a golpes con su marido.
“Al divorciarme me quedé sin amigos, sin familia, sin casa, sin trabajo… ¡las puertas se me cerraron! Iba a los tianguis a comer lo que la gente tiraba. Tenía principios de artritis reumatoide, me desmayaba en la calle, estaba mal”, afirma Catalina.
Consultó a los brujos, cayó en depresión, intentó suicidarse y se cuestionaba el por qué no se moría. Dios, experto en este tipo de casos, encontró a Catalina que, viendo el programa de televisión, buscaba una salida.
“No tardé en venir a la Universal y no me arrepiento, pues me aferré a Dios usando mi fe para escribir una nueva historia. Me casé con un gran hombre, sané de las enfermedades, los tormentos y los vicios se fueron. Monetariamente, no me falta nada. Me pisotearon antes, pero recuperé mi autoestima. Soy inmensamente feliz”, finaliza.
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