Pareja famosa se acusa de infidelidad en la prensa

Denis Glushakov tiene 31 años de edad, y 13 como jugador profesional de futbol. Jugó por su selección, Rusia, 51 veces, incluso en Eurocopas y en la Copa del Mundo. Hoy es capitán de uno de los mayores equipos de fútbol de Europa. Sin embargo su nombre solo ganó fama más allá de Europa hace unos días, cuando un video hecho por su esposa fue compartido en internet.

En las imágenes Denis solo está vistiendo una toalla alrededor de la cintura, acompañado por una mujer. La persona que graba —la esposa Darya— grita y lo acusa de estar con una prostituta. De acuerdo con ella, Denis la traiciona desde hace mucho tiempo y todos alrededor lo saben.

¿Traicionar es inteligente?

Negando las acusaciones de Darya, el jugador afirma que la mujer en la sauna que estaba con él era una amiga de la infancia. Él también defiende que no viven juntos desde hace seis meses (lo cual Darya niega) y que se están divorciando. Denis acusa a Darya de ser infiel (cosa que la mujer también niega). Por lo menos uno de los dos está mintiendo, lo que significa que la infidelidad destruyó esa relación.

De acuerdo con la explicación del escritor Renato Cardoso, ser infiel tiene muchos gastos: “Es dinero con motel, regalos, restaurante, ropa, celular privado que la esposa no sabe que existe, escapadas en horario de trabajo…”, pero el mayor perjuicio es “ser descubierto, perder el matrimonio y el respeto de los hijos, el buen nombre y la paz”.

Por lo tanto, es necesario pensar muy bien antes de tomar cualquier actitud, especialmente si esa acción fuera ser infiel. “Entonces usted es quien decide, en realidad. Su mente es el que manda en su corazón. Pero si esta no manda en él, este va a mandar en ella y la lleva a hacer un montón de tonterías”.

“En ese montón se incluyen muchos llantos de la pareja, de sus hijos y suyos; mucho perjuicio financiero en un posible divorcio; mucha vergüenza de sus familiares y conocidos; años desechados; resentimientos inolvidables muy difíciles de perdonar (incluso el desafío de perdonarse)… y muchas otras consecuencias”, concluyó Renato.

Hay tiempo para cambiar

Muchas parejas creen que la infidelidad es el fin de la relación. Ante tanta rabia, vergüenza, humillación y tristeza desisten de luchar por el amor que, muchas veces, aún está allí. La persona que sufre una traición tiene el derecho de elegir reconstruir aquella relación o no. Y, al contrario de lo que algunos dicen, después de descubrir una infidelidad es posible ser aún más feliz en un matrimonio de lo que era antes. ¿Cómo? Resolviendo todos los problemas.

André Mendes, por ejemplo, cuenta que su relación con Carla de Oliveira era problemático antes de cualquier infidelidad: “Mi vida amorosa estaba destruida. Había desconfianza, intrigas, violencia, peleas…”

La consecuencia fue la traición que, en las palabras de Carla, se volvió el peor momento de su vida conyugal:

“Agarré su celular esperando otro mensaje y vi su conversación con otra mujer. En ese día estuve muy irritada, nerviosa, incluso dejé que él lo explicara un poco, sin embargo, para mí allí era el fin. Tomé mis cosas, y salí de ahí con la relación terminada. Habíamos terminado. Para mí no había solución, no había vuelta atrás”.

A pesar de todo, la pareja aún se amaba. Y buscó ayuda para enfrentar la situación. Después de pasar dificultades, lograron restaurar su matrimonio.

Si usted también ya fue traicionado y desea recomenzar, participe en la reunión de la Terapia del Amor, que se lleva a cabo todos los jueves el Santuario de la Fe, en Av. Revolución núm. 253, col. Tacubaya.